¿Afecta el frío a nuestra piel?

¿Afecta el frío a nuestra piel?

Muchos niños están disfrutando de la nieve en las calles, pero hay que ser precavidos y no solo por los resbalones o por constiparnos, nuestra piel es la primera en notar las bajas temperaturas y no basta un gorro, unos guantes o un buen abrigo ¿realmente sabemos cómo afecta el frío a nuestra piel y cómo protegerla? Según los expertos nutritienda la respuesta es no, y es que siete de cada diez españoles no protege adecuadamente su piel cuando sale a la calle, por ello, nos cuentan todo lo que tenemos que saber para proteger nuestra piel durante estos días.

Lo primero que debemos saber es qué el frío produce vasoconstricción en los capilares de nuestra piel, lo que hace que se contraigan y que no llegue suficiente oxígeno a nuestra dermis. El primer efecto es ver la piel seca y apagada. Por otro lado, el frío también hace que nuestras células no se renueven a la velocidad que deberían, acumulando una capa de células muertas que impiden la nutrición natural de la epidermis produciendo tirantez y pérdida de luminosidad. Esta sequedad suele transformarse en piel enrojecida que traen consigo sensación de picor o escozor en la zona, y en algunos casos que se empiece a pelar, especialmente los labios produciéndose lo que se conoce como “labios cortados”.

Pero, ¿todas las pieles son igual de propensas a enrojecerse con el frío? No, las pieles más blancas, claras, finas y secas son las que más se enrojecen debido a que tienen menos glándulas sebáceas que la protejan, especialmente en zonas como el rostro, el cuello y las manos, que son las que más sufren. Por ello, los expertos de Nutritienda.com aconsejan cómo debemos cuidar nuestra piel en estos días de extremo frío:

  • Protegernos del frío
    Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que debemos abrigarnos bien y no solo el cuerpo, si no que tenemos que prestar especial atención a las partes descubiertas como las manos, el rostro y la cabeza, especialmente los que tengan poco pelo, además de la obligatoria mascarilla es conveniente que nos pongamos una bufanda que nos cubra la barbilla, el cuello y la nariz, además de gorros y guantes y mejor que sean de tejidos de calidad como el algodón.
  • Limpiar y exfoliar la piel
    Una buena limpieza facial en época de extremo frío nos ayudará a eliminar las células muertas y dará más luminosidad a nuestra piel, además, a medio y largo plazo retrasará la aparición de arrugas y manchas. Para ello debemos limpiar la cara con agua tibia y un limpiador facial específico para nuestro tipo de piel así los poros se abrirán y la piel se oxigenará. Después es recomendable el uso de tónico para regular nuestro ph, cerrar los poros y aumentar el riego sanguíneo.

Además de esto, es fundamental exfoliar nuestra piel, con este frío, hay que hacerlo al menos una vez a la semana, de esta manera eliminaremos las células muertas y también la suciedad, renovaremos la piel, y activaremos la microcirculación. Se pueden usar exfoliantes caseros Ingredientes como el azúcar, el café, la sal marina, la avena o la miel se pueden utilizar como exfoliantes casero. Lo más importante es que el exfoliemos nuestra piel de manera suave, ya que la del rostro es la más delicada.

  • Hidratarnos la piel
    Como se ha comentado antes, el frío produce una mayor sequedad en nuestra piel por lo que es fundamental mantenerla hidratada, en el rostro una buena opción es usar aceites y cremas untuosas ya que penetran mucho mejor y no obstruyen los poros y que contengan activos calmantes y descongestivos como el aloe vera y la avena, también que contengan nutrientes, vitamina C y colágeno para ayudar a la regeneración celular.
  • Mantener los labios también hidratados
    Además de la cara, los que más sufren las bajadas de temperatura son los labios. El frío hace que la fina y delicada piel de los labios pierda humedad haciendo que se agrieten y enrojezcan, además ahora con el contacto continuo con la mascarilla hace que estén más delicados que nunca. Para que los labios no sufran en estos días es conveniente cuidarlos igual que la piel. Lo primero hay que hacer una buena limpieza, igual que en el rostro, se puede exfoliar los labios un par de veces a la semana, para eliminar las células muertas. Se mezcla una cucharada de miel con dos cucharadas de azúcar y se frota suavemente, es conveniente dejar actuar unos 20 minutos. Después sólo hay que limpiar los labios con agua tibia e hidratarlos. Hay diferentes bálsamos labiales, los mejores son los que son ricos en aceites, o ingredientes como lanolina y alantoína que ayudan a mantenerlos hidratados y humectantes durante más tiempo. También hay que tener en cuenta que es fundamental usar protector solar para los labios, aunque ahora mismo no es la máxima prioridad ya que los tenemos cubiertos con la mascarilla, pero no está de más ya que los rayos uva pueden atravesarla. Por último, hay dos errores que se cometen frecuentemente y que es mejor evitar: humedecerlos con nuestra saliva ya que al contacto con el frío se irritan y secan más y arrancarnos o mordernos los pellejos en caso de que se hayan empezado a pelar.
  • Prestar atención al cuidado de las manos
    Igual que la piel del rostro, la piel de las manos se deshidrata por culpa del frío, se nota tirante y escamada e incluso pueden producirse pequeñas heridas. Antes de nada, hay que exfoliarla e hidratarla, igual que los labios y el rostro. Hay productos específicos para ello, pero también se pueden usar los mismos que se usan para la cara, como el aloe vera, la caléndula o la avena. Para mantenerlas lo más hidratadas posibles lo mejor es utilizar cremas con alto contenido en glicerina, urea y aceites vegetales como el de oliva.
  • Ducharnos con agua tibia
    Uno de los errores más frecuentes que comete la gente cuando hace mucho frío es ducharse con agua muy caliente pensando que de esa manera aliviará el frío que sienten y no hay nada peor para nuestra piel ya que las altas temperaturas favorecen que la piel se seque e incluso nos produzcan eccemas o picores. Lo recomendable es ducharse con agua templada o tibia e incluso según vayamos terminando ir bajando la temperatura del agua, así el contraste al salir de la ducha será menor y nuestra piel sufrirá menos.
  • Evitar las fuentes de calor extremas
    Otro de los errores que normalmente se cometen es tratar de calentarse pegados a fuentes de calor extremas como chimeneas o radiadores que se ponen al máximo para tratar de calentar la estancia lo antes posible. Al igual que pasa con la ducha, la piel sufrirá el cambio brusco de temperatura produciéndose irritaciones, rojeces y sequedad. Lo ideal es mantener nuestro hogar a una temperatura constante de entre 21 y 23 grados. ¡Nuestra piel lo agradecerá! ¡Y nuestro bolsillo también!
  • Cuidar nuestra alimentación y beber agua
    No solo es imprescindible tener nuestro cuerpo hidratado por fuera, también por dentro, por ello es fundamental beber dos litros de agua al día, aunque con este frío se tenga menos sensación de sed, una infusión calentita puede ayudar y un zumo de naranja además de hidratación aportará vitamina C que colabora en la formación normal del colágeno y es antioxidante. La alimentación también ayuda a una rápida recuperación de la piel después del frío, lo ideal en esta época es tomar muchas verduras como zanahorias, tomates, hortalizas de hoja verde como las espinacas y el brócoli, frutos secos, especialmente las nueces, pescados como el atún, bacalao, salmón o sardinas, también son recomendables los huevos y frutas como los arándanos, fresas, granadas, uvas o aguacates.
  • No olvidar la protección solar y las gafas de sol
    Puede parecer que con las bajas temperaturas, el sol nos afecta menos ya que no notamos tanto su calor, pero ¡nada más lejos de la realidad! El astro rey siempre está presente por lo que no debemos olvidar cuidar nuestra piel de sus rayos utilizando protección solar antes de salir de casa. Además, la nieve que ha sido protagonista estos días y aún permanece en nuestras calles puede provocar un “efecto espejo” y reflectar los rayos solares así que debemos llevar nuestro protector solar siempre que estemos fuera y no olvidar tampoco ponernos gafas de sol.

5 remedios naturales para calmar la piel expuesta al frío, la nieve y el viento:

Caléndula

Uno de los mejores remedios para aliviar la piel y protegerla de las agresiones externas como el frío y la nieve es la caléndula. Los extractos de ella alivian y calman la piel sensible e irritada y permiten que la piel respire y se hidrate. Existen varios formatos: crema, jabón o aceite. Entre sus propiedades destacan la antiinflamatoria para las irritaciones, calmante y emoliente para las rojeces, cicatrizante para la piel dañada e hidratante para la piel seca.

Aceite de Argán

El Argán es un árbol originario de Marruecos cuyo aceite se obtiene del prensado de las semillas. Tiene un color dorado casi sin olor con un alto poder beneficioso para la piel en invierno y temperaturas extremas. Contiene el doble de vitamina E que otros aceites y es rico en ácidos grasos Omega 6 y precursor de vitamina A. Además de ser muy hidratante aporta suavidad y tersura a la piel ayudando a prevenir la sequedad.

Aceite de Rosa Mosqueta

El aceite de Rosa de Mosqueta es uno de los más usados para el cuidado de la piel en los últimos tiempos, es perfecto para nutrir y regenerar la piel gracias a sus ácidos grasos esenciales, antioxidantes, y vitaminas. Para que el aceite de rosa mosqueta sea efectivo con tanto frío es necesario que sea lo más puro posible y de buena calidad. Tiene un sinfín de propiedades, además de cicatrizante es hidratante, regenera la piel, mejora las manchas y lucha contra el envejecimiento cutáneo.

Avena

Desde hace siglos se utiliza la avena para cuidar la piel, de hecho, los antiguos egipcios, griegos y romanos ya la utilizaban para tratar distintas afecciones de la piel. Disminuye la inflamación al inhibir las prostaglandinas, tiene acción antimicrobiana y elimina las células muertas. Gracias a su contenido en beta-glucanos estimula la formación de colágeno, su contenido en vitaminas y minerales ayuda a mantener la integridad de las membranas y sus distintos compuestos fenólicos como polifenoles o antocianidinas benefician especialmente a las pieles atópicas y secas.

Aloe Vera

El aloe vera aporta multitud de beneficios para la piel, ayuda a calmarla e hidratarla tras la exposición de la nieve y el frío. Es una planta que ha sido utilizada desde hace miles de años como cicatrizante, pero realmente además de eso hidrata en profundidad y actúa sobre la epidermis, dermis e hipodermis. Después de exponer la piel al frío, viento y nieve se puede aplicar una mascarilla con aloe vera para calmar la piel y regenerarla al momento; se mezcla 20 ml de gel de aloe vera puro con una cucharadita de miel, 5 ml de aceite de jojoba y 5 gotas de aceite de árbol de té y la piel queda como nueva.

Alta Boletín Casa Actual
Suscríbete a nuestra newsletter de contenidos y recibe información actualizada.
icon

Entradas relacionadas