Comer sin sentido deriva en un aumento de peso innecesario y produce fatiga y pereza. Por eso, Susan Bowerman, directora senior de Educación y Formación Nutricional Mundial de Herbalife Nutrition, introduce el concepto de la “alimentación consciente”, una forma de vida que busca no detenerse y se piense qué tipo de alimentos se consumen, en qué momento y cantidad
Alimentación consciente: repensar lo que comemos y disfrutar comiendo
La vida es estresante y pone a prueba hasta al más tranquilo. Aplicado a la comida, hay momentos de la vida en que se come menos por razones nutricionales y más para reconfortarse y superar momentos difíciles. El problema de estas ingestas es que se recurre a alimentos con calorías vacías y tentempiés poco saludables al alcance. Una bolsa de patatas fritas puede saber “a gloria” o incluso puede distraer momentáneamente de un mal día, pero comer sin sentido conduce a un aumento de peso innecesario, a la fatiga, la pereza y otras consecuencias para la salud.
Herbalife Nutrition explica cinco maneras con las que ser más conscientes de lo que se consume:
Anotar lo que se come
A cualquiera que se haya embarcado en un programa de ejercicios se le suele decir que lleve la cuenta de los pasos que da, los kilómetros que corre o los entrenamientos que realiza en una semana. ¿Por qué? Porque cuando se lleva la cuenta de los progresos, se es más conscientes de los éxitos, así como de dónde se puede mejorar. Llevar un diario de alimentos es un interesante ejercicio pedagógico. Recordar esos excesos y anotar lo que comes -cuándo y por qué- permite centrarse en los hábitos que hay que trabajar.
Buscar alternativas saludables. Comer no es la solución para vencer el aburrimiento
“A menudo nos encontramos mirando fijamente el frigorífico o la despensa, simplemente ojeando. Puede que incluso nos preguntemos por qué hemos entrado en la cocina. Antes de coger algo para comer, es necesario parar y preguntarse: “¿por qué estoy comiendo ahora?”. Lo más probable es que no estemos en la cocina por hambre: se puede estar aburrido, enfadado o cansado. Si uno se toma el tiempo necesario para hacerse esta pregunta, puede que descubra que comer no es la solución. Hay muchas otras formas de vencer el aburrimiento, el enfado o el cansancio. En lugar de comer, dar un paseo, llamar a un amigo o preparar una taza de té son alternativas saludables”.
Sólo comer
Se suele correr para todo, incluso para comer. En un mundo lleno de distracciones, a menudo se utilizan las comidas como un momento para hacer varias cosas a la vez: puede que viendo la televisión, respondiendo al correo electrónico o navegando por Internet. Estas distracciones no ayudan a ser conscientes de lo que se come o cuánto se come. Si se reserva un tiempo para no hacer nada más que comer, solos o con la familia, se puede ser más conscientes de cuánto se está consumiendo y disfrutar de lo que se come.
Hacer participar a los sentidos
Cuando se come, es difícil estar totalmente concentrados, pues continuamente se está pensando en lo que se tiene que hacer a continuación. Dedicar al menos 20 minutos a concentrarse en la comida y prestar atención a los alimentos del plato permite usar todos los sentidos y tomar conciencia de los olores, sabores, colores, texturas y sonidos de los alimentos. Si se come con atención, se aprecia más cada bocado y uno se satisface con menos.
Entender la saciedad
Todo el mundo ha comido alguna vez -especialmente durante las fiestas- hasta dejar el estómago tan hinchado que se necesite desabrochar los pantalones. Aunque esas ocasiones de comer en exceso pueden ser raras, muchas personas tienen el hábito de comer demasiado, en lugar de comer sólo lo suficiente para dejar de tener hambre. Este proceso puede ser un reto para aquellos que han sido educados para dejar limpios sus platos o quienes temen desperdiciar la comida. El primer paso es servirse menos cantidad. “Comer despacio y con atención, y fijarse en cómo nos sentimos cuando comemos hasta que ya no tenemos hambre, en lugar de comer hasta hartarse, es el camino correcto para entender la saciedad”.
En un mundo siempre activo como el este, puede ser difícil tomarse el tiempo necesario para prestar atención a cómo, cuándo, dónde y por qué se come, en lugar de considerarlo un elemento más de la lista de tareas. La alimentación consciente permite detenerse y pensar en qué tipo de alimentos se están consumiendo y en qué cantidad. Ser conscientes de cuándo y por qué se pica y tomarse el tiempo de sentarse sin distracciones para comer permite disfrutar de la comida, aprender sobre los patrones alimentarios y cosechar los beneficios de unas comidas más saludables y nutritivas.