El astigmatismo es uno de los trastornos visuales más comunes entre la población y sus síntomas pueden llegar a afectar a la calidad de la vida de las personas que lo padecen. Según datos que maneja General Optica, uno de cada cuatro españoles tiene astigmatismo, aunque existen diferentes grados, por lo que no todo el mundo lo sufre con la misma intensidad.
¿Qué es el astigmatismo?
El astigmatismo es un trastorno ocular muy común entre la población, que afecta a la calidad de la visión. Se debe a una curvatura irregular en la córnea o el cristalino del ojo, lo que impide que la luz se enfoque adecuadamente en la retina.
La cornea de un ojo sin astigmatismo tiene una forma esférica en todas sus áreas, como si fuera una pelota de ping-pong. Sin embargo, en los ojos con astigmatismo la córnea tiene unas zonas más curvadas o redondeadas que otras, lo que podría ser parecido a una pelota de rugby. Esto provoca que la luz se refracte en diferentes direcciones y se enfoque en múltiples puntos, en lugar de en uno solo. Como resultado, las imágenes aparecen borrosas o distorsionadas, tanto de cerca como de lejos.
Causas del astigmatismo
El astigmatismo puede ser causado por varias razones, y en muchos casos, es resultado de una combinación de factores:
Herencia genética
La predisposición genética desempeña un papel importante en el desarrollo del astigmatismo. Quien tiene familiares con astigmatismo, es más probable que lo desarrolle.
Forma irregular de la córnea
La córnea es la superficie frontal y transparente del ojo que contribuye en gran medida a la refracción de la luz. En algunos casos, no es perfectamente esférica y tiene una curvatura irregular, lo que da lugar al astigmatismo.
Cambios en la forma del cristalino
El cristalino, que es la lente natural del ojo, también juega un papel importante en la refracción de la luz. A medida que envejecemos, puede cambiar de forma, lo que puede derivar en astigmatismo.
Lesiones o cirugías oculares previas
Las lesiones o cirugías en el ojo pueden afectar la forma de la córnea y desencadenar astigmatismo, aunque esto es menos común.
Condiciones médicas subyacentes
Algunas condiciones médicas, como el queratocono -que provoca adelgazamiento y deformación de la córnea-, pueden desencadenar el astigmatismo.
Síntomas del astigmatismo
Los síntomas del astigmatismo pueden variar en intensidad de una persona a otra. Los ópticos expertos de General Optica señalan que los más comunes son los siguientes:
- Visión borrosa o distorsionada: es el síntoma más evidente. Las personas con astigmatismo a menudo tienen dificultades para ver objetos de cerca y de lejos con claridad. Las líneas rectas pueden parecer torcidas y los detalles de las imágenes suelen estar poco definidos.
- Fatiga ocular: debido a la constante necesidad de esforzarse para enfocar correctamente, las personas con astigmatismo pueden experimentar fatiga visual, especialmente después de actividades que requieren una concentración prolongada, como la lectura o mirar una pantalla durante mucho tiempo.
- Dolores de cabeza: la tensión ocular causada por el astigmatismo puede desencadenar dolores de cabeza, especialmente en condiciones de poca luz o al mirar objetos lejanos. Los dolores de cabeza a menudo se alivian cuando se corrige la visión.
- Visión nocturna deficiente: las personas con astigmatismo a menudo presentan dificultades para conducir de noche debido a la sensación de deslumbramiento por la aparición de halos alrededor de las luces de los automóviles y las farolas. Esto puede dificultar la percepción de los objetos en condiciones de poca luz.
- Otros síntomas: el picor, dolor o escozor de ojos, la sensación de arenilla o el enrojecimiento también pueden estar asociados al astigmatismo.
Cómo afecta el astigmatismo a la vida diaria
El astigmatismo puede afectar a la vida cotidiana, más allá de las dificultades a la hora de ver de lejos con claridad y conducir de noche. Las personas que lo sufren a menudo experimentan dificultades para leer un texto de cerca, ya que las letras pueden aparecer borrosas o distorsionadas, lo que puede hacer que la lectura se vuelva incómoda.
Además, el trabajo continuado con el ordenador puede provocar fatiga visual. Esto hace que los individuos con astigmatismo puedan presentar bajo rendimiento académico o laboral, requiriendo un esfuerzo adicional para comprender la información.
Por otro lado, también existen limitaciones en actividades al aire libre, ya que la visión borrosa puede dificultar la apreciación de detalles y la percepción de las distancias, lo que hace menos gratificantes deportes como el ciclismo o el senderismo.
Cuándo acudir a una revisión visual
La prevención y el diagnóstico temprano son esenciales en el astigmatismo. Además de programar revisiones visuales regulares, especialmente cuando se tienen antecedentes familiares, lo mejor es consultar con nuestro óptico de confianza si se experimentan algunos de los síntomas de astigmatismo, como visión borrosa, fatiga ocular o dolores de cabeza.
En una simple revisión, los expertos pueden detectar el astigmatismo y proceder, si es necesario, a una corrección visual. En el caso de graduaciones bajas o medias, este error de refracción se corrige mediante el uso de gafas o de lentillas tóricas, mientras que para las más altas se suele recomendar únicamente el uso de gafas, aunque depende de cada caso. También realizarán el seguimiento necesario para garantizar una visión clara y cómoda.