
Lo que más preocupa y asusta a muchos padres son los lloros inconsolables de sus recién nacidos, normalmente suelen deberse a necesidades normales de los bebés como hambre, frío, sueño o que toca cambio de pañal y después de estas por lo que más suelen llorar es debido a los denominados “cólicos del lactante”. Solo un 5% de los lloros se debe a enfermedades.
Un 40 % de los recién nacidos padecen en algún momento lo que se llama “cólicos del lactante”, pero ¿en qué consisten estos cólicos y cómo pueden evitarse?.
El cólico del lactante es un episodio de llanto inconsolable que se inicia súbitamente y que se da en menores de cuatro meses. Normalmente es vivido por los padres con gran angustia y desolación y cumple la “regla del tres”: los episodios ocurren durante más de 3 horas al día, al menos tres días a la semana y durante tres semanas. Pero, además de esta regla, los expertos de DosFarma dan una serie de consejos.
Consejos para identificar los cólicos del lactante:
- Llora largos periodos de tiempo, normalmente a la misma hora, entre las 6 de la tarde y las 12 de la noche. Además, cada episodio tiene un principio y un final bien definido y sin relación con lo que el niño estaba haciendo previamente.
- Aparentemente, no muestra ningún síntoma de enfermedad.
- Se muestra irritable, inquieto y molesto.
- Muestra rigidez en el abdomen y en el tronco.
- Encoge las piernas y aprieta los puños.
- Se pone rojo.
- Se despierta con mucha facilidad y tiene mayor dificultad para dormirse.
- Es inconsolable y le cuesta tranquilizarse con estímulos que en otro momento si le relajan. Es decir, que ni cogiéndolo en brazos o haciéndole carantoñas se calma.
- Su peso y su talla no se ven afectados.
- El llanto es diferente al normal, suele ser más intenso y con un tono más alto.
No hay ningún tratamiento que haga remitir los cólicos y esto suele ser muy frustrante para sus progenitores. Pero hay formas de aliviar a nuestro bebé y hacer que la vida sea más sencilla tanto para él como para los padres.
Consejos para hacerlo más llevadero:
- Estar calmados
Lo primero y más importante es mantener la calma, es un proceso transitorio y pasará, si uno se pone nervioso transmite esos nervios al bebé. No hay que culparse a uno mismo ni tampoco al bebé. - Cogerlo en brazos y mecerlo boca abajo
Teniendo cuidado de no comprimirle su tripa, hay que mecerlo suavemente frotándole suavemente la espalda. Los expertos dicen que puede que esta posición le recuerde a cuando estaba en la tripita de mamá y le calmará. - Que expulse los gases
La mejor manera para conseguirlo es mediante masajes suaves con movimientos circulares en la tripa. - Darle de comer en la postura correcta
No importa que se le esté dando leche materna o biberón, hay que comprobar que se hace en la postura correcta para que no traguen aire y le produzca gases. Además, hay que intentar hacer eructar al bebé más a menudo. - Utilizar productos específicos
Existen una gran variedad de productos dedicados a prevenir los cólicos en bebés y que ayudarán a los papás a cuidar de forma segura a sus hijos, como, por ejemplo, biberones, tetinas y chupetes con tecnología anti-cólico. - Cuidar su alimentación
En su alimentación también podemos incluir productos que contribuyan a la prevención de los cólicos con formulaciones elaboradas especialmente para ello, como leches de inicio que poseen nucleótidos, que favorecen la flora intestinal y mejoran su digestión y combaten el cólico del lactante. - Prepararle un baño con música tranquila para relajarle
Está demostrado que algunos bebés responden positivamente al sonido. - Ponerle calor en la tripa
Y mejor si los llevamos a una habitación en penumbra que reduzca la estimulación ambiental que reciben. - Mantener contacto piel con piel ayudará a calmarle
- Darle una vuelta en coche en su sillita de seguridad en el asiento posterior del coche
En muchas ocasiones el movimiento y la vibración suelen tranquilizar a los bebés.