Sony y el fotógrafo Jesús M. García Flores ofrecen una serie de consejos para capturar en todo su esplendor estas ’lágrimas de San Lorenzo’
Si hay algo que nos acompaña cada verano, además del calor y las ganas de vacaciones, son las Perseidas. La Perseidas es una lluvia de meteoros o «estrellas fugaces» que acontece cada año en torno al 12 de agosto, fecha de máxima actividad, aunque comienza habitualmente el 17 de julio y finaliza hacia el 24 de agosto. El nombre Perseidas se debe a que la lluvia se encuentra en la constelación de Perseo, aunque también es popularmente conocida como “Lágrimas de San Lorenzo», debido a la proximidad del máximo de la lluvia de meteoros al 10 de agosto, día de la festividad del mártir español.
Este fenómeno atrae las miradas de fotógrafos de todo el hemisferio norte por su belleza y espectacularidad, aunque también por el alto número de estrellas fugaces que se pueden vislumbrar. En el pico más alto de las Perseidas se pueden observar hasta 110 meteoros por hora, brindando a los aficionados y profesionales de la fotografía una multitud de oportunidades de captar su belleza.
Sin embargo, fotografiar un meteoro no es sencillo. Aspectos como la velocidad de los meteoros – 59 kilómetros por segundo – y la baja luminosidad en las horas nocturnas, son hándicaps a la hora de fotografiar debidamente el momento exacto del paso de un meteoro. Por esta razón, Sony y Jesús M. García Flores, fotógrafo profesional de paisajes con más de 10 años de experiencia recorriendo el mundo, ofrecen una serie de aspectos a tener en cuenta para plasmar toda la belleza de las Perseidas.
Poner el foco en la planificación
Fotografiar las Perseidas o cualquier otra lluvia de estrellas fugaces requiere de una fase previa indispensable. “Comenzamos siempre con la localización; si deseamos realizar una observación astronómica, debemos realizarla desde un lugar libre de contaminación lumínica”, afirma García Flores.
Si queremos conocer los lugares adecuados para asegurar una observación exitosa, la web Light Pollution Map ofrece un mapa detallado de los lugares con menor contaminación lumínica: el color verde muestra las buenas opciones de localización; el cian o azul oscuro nos asegura un lugar perfecto. Por otro lado, debemos prestar atención a la cobertura de nubes altas, medias y bajas para saber si el cielo estará despejado. La web y app Windy es idónea para conocer las condiciones de nubosidad de un lugar específico. Estas dos herramientas serán suficientes para asegurar una localización donde el cielo sea óptimo para la observación y la previsión sea la deseada.
“Por último, y no menos importante, debemos averiguar dónde debemos colocar exactamente la cámara y así asegurarnos el éxito de la sesión. Para ello, utilizo Photopills, una aplicación que nos ayuda a calcular puestas y salidas de sol, la situación de la vía láctea y la visibilidad del centro galáctico, eclipses, lluvias de meteoros, etc.”, añade el reconocido fotógrafo.
Esta herramienta nos permite averiguar cuándo será la noche y el tramo horario con el pico más alto de meteoros, la cantidad de éstos y el radiante o punto de cielo donde se originan los meteoros, es decir, hacia dónde se debe encuadrar la imagen. “Una vez tenemos los datos necesarios, el siguiente paso es buscar un hito o sujeto principal en el encuadre. Por último, dejaremos libre más porción de cielo, para que la lluvia de estrellas tenga mayor peso visual”.
Contar con el equipo necesario
Para captar con éxito las Perseidas, es necesario contar con un equipo de cámara, objetivo y trípode idóneo para sesiones nocturnas. Jesús M. García Flores recomienda el siguiente equipamiento para realizar fotografías por la noche:
Cámara: Sony α7R IV. Con un sensor CMOS Exmor R™ de fotograma completo de 61,0 MP y el motor de imagen BIONZ X™, esta cámara proporciona una resolución sin precedentes, gradación detallada y bajo ruido con nuevas cotas de detalle. Sus algoritmos AF avanzados y la opción de prioridad del enfoque en el mecanismo de apertura permite enfocar con mayor precisión en entornos de poca luz. Objetivo: Sony FE 12-24mm f/2.8 GM. Un objetivo UGA o Ultra Gran Angular luminoso (f2.8) ideal para abarcar más cielo y, sobre todo, mayor luminosidad en las estrellas. Trípode: Leofoto Poseidon LP-324C. Disparador remoto o Intervalómetro para evitar trepidaciones.
Poner mimo en los parámetros
Los parámetros que usaremos para fotografiar la lluvia de estrellas serán similares a los de cualquier captura nocturna. Como siempre, los parámetros también dependerán de la contaminación lumínica de la zona seleccionada.
Para las Perseidas, Jesús M. García Flores recomienda los siguientes valores iniciales:
Una sensibilidad ISO 2500. Una exposición de entre 15 y 30 segundos. Este valor dependerá del objetivo utilizado. Hay que tener en consideración que, a mayor tiempo de exposición, mayor posibilidad de captar meteoros, aunque las estrellas dejarán de ser puntuales para convertirse en trazas. La apertura máxima que tenga el objetivo, por ejemplo, f/2.8 en el caso del Sony FE 12-24mm f/2.8 GM recomendado. Un balance de blancos de 4.000 K para asegurar un cielo azul. Además, se debe activar la Reducción de Ruido por ISO ALTO y desactivar la Reducción de Ruido por larga Exposición, para no perder ningún meteoro en la sesión.
Con el equipo ya ajustado, se debe encuadrar hacia el radiante indicado por Photopills y enfocar sobre el hito que se haya incluido en el encuadre. Otra opción sería usar la distancia hiperfocal, la distancia mínima de enfoque con la cual conseguimos una mayor profundidad de campo, obteniendo un enfoque que se extiende hasta el infinito.
En el caso de disponer de intervalómetro, García Flores recomienda fijarlo entre 200 y 400 capturas. “Después de pulsar el botón de START, el último paso es tumbarnos mirando hacia el firmamento y ¡disfrutar del espectáculo!”.
Editar después de la sesión
Si la climatología ha sido benigna y nos ha permitido disfrutar de una gran cantidad de meteoros, es el momento de la edición. “Tras la sesión, podemos apilar todas las imágenes capturadas a través de programas como Sequator o Adobe Photoshop. De este modo, conseguiremos de una manera rápida y sencilla que todas las “lágrimas” que hayamos captado se fusionen en una sola imagen”, aconseja el autor del libro Teoría del Color.