Consejos para crear una rocalla en el jardín.

Consejos para crear una rocalla en el jardín.

Si hay un lugar en el jardín en el que le resulta muy complicado lograr que prosperen los ejemplares, por ejemplo debido a la escasa iluminación o a la presencia de un talud o desnivel, se puede optar por realizar una rocalla

Consejos para crear una rocalla en el jardín

Si coloca ejemplares de diferentes tamaños conseguirá un efecto sorprendente

Si hay un lugar en el jardín en el que le resulta muy complicado lograr que prosperen los ejemplares, por ejemplo debido a la escasa iluminación o a la presencia de un talud o desnivel, se puede optar por realizar una rocalla. Los resultados dependerán de la zona climática y de la presencia o no de agua, o de la posibilidad de regar de una manera sencilla y continuada.

La rocalla es una disposición de plantas, generalmente en desnivel, entre las que se intercalan, o bien son rodeadas, piedras o rocas de distintos tamaños. En la costa mediterránea y el sur de la Península Ibérica este tipo de composiciones es muy común, debido a la escasez de agua.

La primera nota a tener en cuenta radica en escoger con sumo cuidado los ejemplares que se vayan a plantar sobre esta base. Por lo general, será conveniente decantarse, sobre todo, por plantas alpinas o de zonas montañosas, habituadas a vivir entre rocas y con poco agua.

El primer paso consistirá en limpiar de malas hierbas la zona y cavar la tierra unos 30 cm. Luego, será aconsejable preparar un lecho de cascotes de tiestos y añadir sustrato de plantación o enraizamiento mezclado con arena gruesa, lo que mejorará la capacidad de drenado de la rocalla en cuestión.

Es aconsejable adquirir piedras de un tamaño uniforme en un vivero o centro de jardinería, o bien recogerlas en el lecho de un río, principalmente pequeños guijarros. Una vez recopiladas, estas piedras se dispondrán alrededor del emplazamiento para la rocalla. A continuación se plantarán los ejemplares, dejando espacio para que puedan crecer sin estorbarse. Sin olvidarse de regar de manera abundante.

Un terreno en desnivel será muy apropiado para este tipo de disposición, al evitar que el agua de riego o lluvia se llegue a estancar. Si no se quiere que crezcan las malas hierbas, será conveniente cubrir la superficie de la rocalla con grava. Además con esta medida se logrará que el agua no se evapore durante los meses más calurosos.

También será recomendable plantar ejemplares de diversos tamaños para lograr una colorida composición. Para el centro y la parte más alta de la rocalla se podrá emplear euforbias, yucas, cactus, aloes o cicas.

Alrededor de los ejemplares más altos, se ubicarán ejemplares de talla mediana como las margaritas, romero, escalonias o coreopsis. Para rellenar los huecos libres y que se extiendan alrededor del perímetro de la rocalla, compensa emplear ejemplares que sirven de tapizado como la aubretia, el tomillo, el aliso o el sedo.

Especies más idóneas

Además, a la hora de planificar una rocalla o jardín rocoso, no todo el mundo está capacitado para ello, dado que se requiere un gran conocimiento de las diferentes plantas, además de una técnica muy concreta. Prestando atención a los tipos de plantas que se pueden cultivar en las rocallas, a continuación se nombran algunos de los arbustos, coníferas y plantas más adecuados para este tipo de sustrato.

Las especies que a continuación se citan aparecen en su acepción en latín, puesto que dependiendo de las regiones el nombre común varía y puede que en el vivero al que acuda no sepan a qué ejemplar se refiere.

Arbustos: Acer japonicum «Aureum», Acer palmatum dissectum, Berberis thunbergii «Atropurpurea Nana», Erica, Hebe ochracea, Helianthemum, Hypericum polyphyllum, Rhododendron Elizabeth, Rosmarinus postratus, Daphne cneorum, Spirea decumbens, entre otras.

Coníferas: Abies balsamea «Hudsonia», Chamaecyparis lawsoniana (en sus variedades ellwoodii, minima aurea, minima glauca), Juniperus communis «Compressa», Picea glauca albertiana «Conica», Pinus mugo «Gnom», Thuja occidentalis «Hetz Midget», Tsuga canadiensis pendula, son las más destacadas.

Perennes: Achillea, Alyssum, Armeria, Aubrieta, Campanula, Dianthus, Erigeron, Gentiana, Helichrysum, Mimulus, Phlox, Potentilla, Primula, Saponaria, Silene y Thymus.

Si además se quiere incluir bulbosas, las que mejor resultado dan son el narciso, el ciclamen y el tulipán.

Sabiendo que estas especies se van a adaptar perfectamente a la rocalla que se prepare, ya se puede ir planificando el jardín rocoso o preparar un pequeño espacio pedregoso en una zona del jardín.

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