Descubre el placer de tomarse un buen café por la mañana

Espera, antes de empezar: ¿Cuál es tu ritual matutino? ¿Eres de los que viven deprisa y no tienen tiempo de disfrutar de un buen desayuno? ¿De los que sale sin desayunar de casa? ¿O eres de los que te tomas tu tiempo para empezar el día con buen pie? Seas del grupo que seas, este artículo te interesa. Desde tiempos inmemorables, el ritual de disfrutar de una buena taza de café por las mañanas es algo prácticamente sagrado para muchos. Y es que el café ya no es una simple bebida, es ya parte de un momento de auto cuidado. A continuación te vamos a contar por qué deberías reservarte un breve espacio de tiempo para ti, en el que puedas encontrarte con la serenidad cada mañana a través del aroma de un buen café de origen. ¡Empezamos!

Olor a café por las mañanas: el despertar de los sentidos

Pocas cosas generan tanto placer como el aroma del café recién preparado. Cuando empiezas a ver las primeras luces filtradas por las cortinas, en ese mismo instante el olor a café resulta como una caricia para los sentidos. El olor impregna la cocina, el salón y cada rincón de tu hogar indicando que el día ya ha comenzado y es hora de un momento para ti. 
Además, el ritual de preparación es todo un acontecimiento, ya que cada paso es importante. La elección del grano, el agua caliente y ver cómo poco a poco va surgiendo el café líquido es realmente un acto que nos despierta la mente y el cuerpo. 
A continuación, el primer sorbo. ¿Cómo sabe ese primer sorbo? Esa temperatura perfecta y tan intenso como lo habíamos deseado forman un cóctel explosivo en nuestros labios haciendo que sea un placer sensorial sin comparación. 

El café matutino invita a la reflexión y nos ayuda a planificar bien el día

Digamos que si le dedicamos el tiempo necesario a este momento, nos permitirá situarnos y proyectar lo que deseamos en el día que tenemos por delante. Este momento no solo nos aportará cafeína al cuerpo, sino pausa y reflexión. Y disfrutar de la quietud en medio de la vorágine de la rutina. Planificamos, agradecemos y nos deleitamos con el presente. Está comprobado que parar un instante nuestro ritmo de vida nos permite ver nuestro día a día con un poco de perspectiva y somos capaces de estructurarnos mejor siendo, en consecuencia, más productivos en nuestras tareas. 
Por otro lado, en el caso de que no desayunemos solos, el café es la excusa perfecta para tener una buena conversación con nuestros seres queridos. Ese momento donde no existen móviles, ni tabletas, ni ordenadores. Un momento para comunicarnos y sentirnos como siempre lo habíamos hecho. 

En definitiva, en un mundo ajetreado por el ritmo de la vida cotidiana, saber encontrar ese momento especial para empezar el día es una apuesta segura por nosotros mismos. Es también otra manera de querernos. El auto cuidado conlleva múltiples aspectos que harían este artículo interminable, pero saber darnos estos pequeños placeres es una buena forma de comenzar cuidarnos. Elegirnos a nosotros mismos aunque sea un ratito a lo largo del día, y parar para disfrutar de un café de origen único, tan único como nosotros mismos. 

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