Desde los neutros a los más vibrantes: los tonos junto a las texturas y los tejidos son parte elemental de cada proyecto decorativo y un factor decisivo para la creación de diferentes ambientes
Un espacio en el que podamos hacer una reunión, crear, colaborar, descansar o preparar una comida. Así es la nueva forma de concebir las estancias: flexibles, dinámicas, con elementos que ayuden a reconfigurar el espacio y donde el confort, la funcionalidad y la estética sean el eje principal. Para que esto sea posible, son varios los elementos que consiguen que el proyecto de interiorismo salga adelante. Junto al equipamiento, la distribución o el tamaño, el color que aplicamos en cada uno de estos ítems marca las sensaciones inmediatas al entrar en una estancia. Una guía que llega directamente a nuestros sentidos y afecta incluso a nuestro estado de ánimo a través de tonos, texturas y acabados.
Una de las apuestas de Actiu, marca referente en diseño y fabricación sostenible de espacios de trabajo, hospitality y home office, es precisamente la de crear entornos amables, flexibles, cómodos y saludables a través de un concepto de diseño global, centrado en la persona y en sus distintas necesidades del día a día. Para ello, el color juega un papel fundamental en cada una de sus piezas, todas ellas disponibles en varias tonalidades y diferentes tejidos que se adaptan a cada persona, momento y estancia.
“Una silla o una mesa son mucho más que una pieza aislada de mobiliario. Son una herramienta para colaborar, socializar o descansar mejor, por lo que su diseño, imagen y pigmentos con los que se compone un lienzo son ingredientes muy importantes para trasladar una buena experiencia. Saber elegir y conjugar estos elementos por su función y confort, pero también por sus colores y texturas permite crear espacios para dar vida o transmitir calma en un entorno como la casa, el restaurante o la oficina. O para todo al mismo tiempo” – señalan desde Actiu.
Colores neutros
Los colores neutros, los universales blancos y negros, e incluso marrones o grises, transmiten calma, pero sobre todo elegancia, sofisticación y sobriedad.
Se trata de una apuesta segura que encaja en cualquier estancia y que en el caso del blanco aporta claridad y frescura actuando como telón de fondo de cualquier otro elemento que lo complemente. Pasa lo mismo cuando lo empleamos en elementos que se repiten en un mismo espacio, como son sillas, mesas o taburetes, en el que su uso es colectivo y para diversas acciones, son colores clave y con los que nunca renunciarás al diseño. El negro por su parte aporta carácter a cualquier espacio donde lo sitúas, además de enfocar el espacio a la concentración. Ideal para salas de reuniones o espacios destinados a directivos.
Tonos tierra
Sin duda, una de las tendencias de los últimos tiempos. Los tonos tierra también conocidos como naturales son solo una de las pistas de que la conexión con el medio ambiente y la naturaleza está más presente que nunca. Beige, marrones o terracota son tonos que nos ayudan a conectar con nosotros mismos, a relajarnos y a ofrecer la máxima sensación de bienestar y confort. A nivel decorativo, al igual que ocurre con los neutros, resulta fácilmente combinable con otros tonos más llamativos por lo que su presencia resulta agradable en cualquier espacio. Suelen adaptarse con facilidad a espacios de relax en grupo o zonas colaborativas más informales.
Colores cálidos
Los tonos cálidos, que van desde el rojo al amarillo provocan un efecto estimulante y sensaciones intensas, favoreciendo el optimismo y las buenas vibraciones.
Estos colores hacen que las estancias sean más activas y dinámicas. Además, marcan personalidad y un valor diferencial al espacio. Zonas de formación y zonas donde crear son ideales para este tipo de colores
Sus tonos más oscuros son idóneos para estancias grandes y luminosas debido a su sensación de recogimiento.
Colores fríos
Por su parte los colores fríos, entre los que destaca el azul y sus variaciones transmiten relajación y reposo y son perfectos para ampliar espacios pequeños, especialmente en sus tonos más claros, ofreciendo el efecto contrario a los tonos cálidos. Además, estos tonos se asocian con la limpieza y la pureza, que combinados con colores cálidos como el rojo o el amarillo aportan personalidad y un espíritu vivo y alegre al espacio.
Pero no solo los colores suponen una parte fundamental, las texturas o los tejidos también. Aportan estética y confort y dan protagonismo al tacto. Así es como Actiu, siempre con la influencia mediterránea de sus raíces presente en cada elemento, pone el foco en esta parte del proceso. En búsqueda de la excelencia a través de una visión futura en la que la calidad y la sostenibilidad prime en cada pieza, la marca refuerza este papel a través de materiales como el de sus alfombras 100% PET o tejidos como Felicity elaborados a partir de botellas de plástico recicladas presentes en sillas como Noom o Trim. De igual forma