El moisés, un concepto con 3.000 años de historia que está arrasando
Artesanales, personalizables y prácticos, estos cestos para el descanso del recién nacido son ahora la opción preferida de quienes esperan familia.
La predilección por los cestos mimbre y los moisés de caña rebaja la demanda de minicunas y artículos similares.
El legendario personaje de Moisés, el profeta hebreo, cuya madre coloca en una cesta al borde del Nilo, da nombre al popular cestillo que se utiliza hoy en día como cuna portátil. Un concepto que suma 3.000 años de antigüedad hoy vuelve a estar en tendencia después de la moda que experimentó en la década de 1920 y su posterior boom en los años sesenta. La unión de elegancia, artesanía y funcionalidad hacen de él un modelo que pasa de generación en generación.
Desde Mimitos Home, aseguran que las ventas de sus productos estrella, el moisés de caña y el cesto moisés, han aumentado un 250 % en los últimos dos años. «El moisés se está imponiendo por sus múltiples ventajas prácticas y también porque ahora se valoran mucho los productos para bebés que están hechos de forma artesanal ya que esto los hace únicos y además se pueden personalizar al gusto», revela César Calvo, fundador y responsable comercial de la empresa.
Los populares cestos de mimbre y los moisés de ratán, también conocidos como moisés ‘de bambú’ o ‘de caña’, son la opción preferente para las primeras semanas de vida de los bebés. Durante este tiempo, los bebés adoptan la posición fetal para dormir y se sienten más protegidos en los capazos que en la amplitud de las cunas. En estos espacios, más recogidos, encuentran unos límites como en el vientre materno que les albergaba hasta el momento de su nacimiento.
«Las familias que optan por utilizar la cuna desde el nacimiento, suelen añadir un nido o reductor en el interior, que hará las funciones de recogimiento del moisés o el cesto», explica Calvo. Por ello, el moisés se utiliza hasta los seis o siete meses de edad del bebé, momento en el que comienza a incorporarse y generalmente se le pasa a la cuna.
Entre las características destacadas de los capazos y moisés, está también la mayor dificultad para que el bebé se gire y se coloque boca abajo, algo que puede resultar peligroso porque le impediría respirar correctamente. Por este motivo, los sistemas antivuelco no son necesarios en este tipo de cunas.
La movilidad es lo que hace que muchas familias se decanten por el moisés desde el primer momento. Tanto el capazo, que se coloca habitualmente sobre un soporte con ruedas, como las propias patas del moisés también con ruedas, permiten una movilidad en el interior del hogar que con las cunas no es posible. De esta manera, el bebé puede trasladarse a cualquier estancia de la casa muy fácilmente, gracias además a sus reducidas dimensiones y a la ligereza del mimbre y el ratán.
De esta manera, la persona que está cuidando del bebé puede tenerlo vigilado permanentemente al llevarlo siempre consigo por la casa, desde la cocina al salón, pasando por cualquier estancia, terraza o jardín. «Las madres agradecemos mucho tener esta posibilidad, sobre todo cuando los bebés están enfermos, ya que tenerlos a la vista en todo momento nos aporta una gran tranquilidad», concreta Sandra Hernández, cofundadora y directora logística de Mimitos Home.
La movilidad no solo se aplica al ámbito del hogar, sino también al exterior, cuando la familia viaja o hace visitas a familiares. En estos casos, el soporte plegable y el capazo se pueden trasladar fácilmente haciendo las veces de cuna de viaje.
El moisés ofrece también la opción de utilizar un dosel, para colocar por encima una tela o tul que evita que a los insectos o los rayos de sol molesten al bebé. «Recomendamos esta práctica solución para bebés que nacen en invierno y de cara al verano», apunta Hernández.