La pérdida de virilidad y los riesgos de la cirugía, entre las razones que más preocupan a los dueños para castrar a su mejor amigo.
Virbac presenta los resultados de su encuesta “Tortilla: ¿con o sin huevos?”, realizada a través de redes sociales y con la que ha querido analizar la opinión de los encuestados en torno a la castración y sus motivos para realizarla o no.
A pesar de que el 94% de los propietarios de mascotas parecen estar a favor de la castración, cerca de 1/4 parte reconoce no haber castrado a su perro o gato por diferentes motivos.
Del total de encuestados, un 65% reconoce que no sabía que existían métodos alternativos no invasivos y reversibles, y cerca de un 30% afirma que hubiera sido el método de castración elegido.
Virbac, primera compañía independiente dedicada exclusivamente a la salud animal a nivel mundial, presenta hoy los resultados de su encuesta “Tortilla: ¿con o sin huevos?. Realizada a través de sus redes sociales, analiza la opinión de los propietarios de perros y gatos en torno a la castración y las razones que les han llevado a realizársela o no a su mejor amigo. Y es que parece que la castración sigue siendo un tema controvertido porque, aunque el 94% de los propietarios de mascotas consultados parecen estar a favor de la castración, cerca de 1/4 parte reconoce no haber castrado a su perro o gato por diferentes motivos.
La pérdida de virilidad -debido a la frecuente amputación de los testículos- y los riesgos en sí de la propia cirugía -no todos los animales toleran bien la anestesia general- parecen establecerse como dos de las principales razones que más preocupan a los propietarios, para decidirse por la castración quirúrgica. Lo sorprendente es que, aún disponiendo actualmente de un mayor acceso a la información, un 65% de los consultados reconoce que no sabía que existían métodos alternativos a la castración quirúrgica mucho no invasivos y reversibles, como es la esterilización médica reversible. Es más, un 28% afirma que, de haberlo conocido, habría sido el método de esterilización elegido.
Cabe destacar que, del total de encuestados, casi 8 de cada 10 propietarios reconoce haber castrado a su mascota, una cifra muy por encima de la media española, que se sitúa en torno al 40%. Entre las principales razones esgrimidas para llevar a cabo la castración o planteársela, se encuentran por orden: la prevención de enfermedades asociadas al aparato reproductor (60%), el control de comportamientos no deseados y del celo (52%), así como evitar camadas indeseadas (40,38%).
Precisamente los problemas de comportamiento, como montas continuas, agresividad, marcajes de orina… son algo que preocupa a los propietarios de mascotas consultados. De hecho, 1 de 4 confiesa que a raíz del confinamiento detectaron un empeoramiento del comportamiento en sus perros y un mayor estrés, probablemente derivado de la menor frecuencia de paseos o de la presencia de más actividad en el hogar. Y es que perros acostumbrados a estar todo el día solos y con una rutina establecida de 2 o 3 paseos al día, se han encontrado teniendo que lidiar con niños y adultos en casa las 24h y con mucha menos capacidad para salir a dar paseos.
Una esterilización reversible para evaluar su efecto sobre el comportamiento
Según los expertos, los comportamientos no deseados como la hipersexualidad, competitividad con otros machos, escapadas o marcaje con orina, pueden no desaparecer ni con la castración quirúrgica ni con la esterilización médica. Es por ello, que contar en estos casos con un sistema para comprobar el resultado de la castración en la conducta del perro de forma reversible, antes de optar por una medida permanente, puede ser una opción muy interesante.
Por este motivo, Virbac ha enmarcado esta encuesta dentro de la campaña “Se puede hacer tortilla sin romper huevos”, que busca dar a conocer a veterinarios y a propietarios de mascotas esta alternativa reversible a la castración quirúrgica.
Se trata de un pequeño implante que contiene 4,7mg de acetato de deslorelina, de tamaño parecido a un microchip, que se coloca bajo la piel en el tejido subcutáneo. La actividad del implante se prolonga durante un mínimo de 6 meses. De esta forma, podremos comprobar los efectos de la castración sobre nuestro mejor amigo y su comportamiento, teniendo la posibilidad de retirarlo o no colocarlo de nuevo en el caso de que los resultados no sean los esperados. Asimismo, el perro seguirá visualmente “entero” y con todas las funciones reproductivas simplemente aletargadas, pudiendo variar entre 6 y 18 meses el tiempo que tardará en recuperar completamente su fertilidad.
Con esta iniciativa, Virbac espera dar a conocer nuevas alternativas que ofrezcan soluciones adaptadas a las necesidades de cada animal y propietario, a través de su clínica veterinaria de confianza.