Es una de las principales preguntas que surgen cuando alguien se plantea las obras de una reforma integral. Y aunque no existe la época perfecta, el estudio Tinda’s Project recomienda la primavera o el inicio del verano por varias razones, aunque cada cliente y cada proyecto requiere de unos plazos y unas circunstancias, como el hecho de tener que mudarse durante las obras.
Cuando alguien se plantea llevar a cabo un proyecto de interiorismo a partir de una reforma integral, lo que comúnmente el cliente denominaría ‘meterse en obras’, parece que las dudas y los miedos empiezan a apoderarse de él. Y una de las principales cuestiones que se plantea es cuándo es el mejor momento para empezar el proyecto. En opinión de Eva Mesa, co-fundadora del estudio Tinda’s Project, «una reforma integral se puede realizar durante todo el año, según requiera la obra y el cliente, ya que cada estación tiene sus ventajas, pero sí es cierto que hay circunstancias que hacen que haya un mejor o peor momento»,
Hay que partir de la idea que un proyecto estándar de la remodelación completa de una vivienda, dándole un cambio radical, tiene una duración de unos cuatro meses para unos 80-100 metros cuadrados, y de unos 6-8 meses, si la vivienda ronda los 200 metros cuadrados, «aunque todo va a depender de cada proyecto», puntualiza la interiorista.
Teniendo en cuenta que las obras duran varios meses, cuando se habla del momento ideal para empezar el proyecto, de entre todas, se alude a la fase de obra.
Resulta evidente, por ejemplo, que si se trata de una nueva construcción o la obra es en un espacio exterior, el estudio recomienda «evitar la época de lluvias, el frío extremo o el calor excesivo, ya que pueden afectar negativamente a su realización».
En líneas generales, lo ideal es optar por la primavera o el inicio del verano, por razones como las buenas temperaturas, más horas de luz, facilidad para mantener los espacios frescos y ventilados… «La prueba es que esa época es la más demandada o cuando más proyectos podemos tener entre manos, no obstante, trabajamos en diferentes proyectos a lo largo del año», explica Eva Mesa. Por contra, advierte que en pleno verano pueden haber complicaciones con la llegada de las vacaciones, lo que puede
repercutir en un retraso en los permisos o licencias, también en los plazos de entrega de materiales, y consecuentemente, en el avance de las obras.
En definitiva, a la pregunta de cuál es la época que recomiendan desde el punto de vista del profesional, Tinda’s Project contesta: «La que mejor se adapte a las condiciones del cliente y su disponibilidad». Para ellos es fundamental escuchar al cliente y sus necesidades; por su parte, el estudio expone sus plazos, desde que se inicia hasta que se entrega el proyecto. «Al final, estamos hablando de un trabajo de meses y de fases, que conlleva muchas reuniones con el cliente, por lo que los tiempos se van adaptando para ambos», dice Eva Mesa.
En la cuestión de los plazos, hay un aspecto que la interiorista destaca porque es un importante condicionamiento: «Cuando se realiza una reforma integral, es obligatorio que los habitantes de la vivienda deban mudarse durante las obras», afirma. En este
sentido, hay un perfil de cliente al que la cuestión de cuándo empezar las obras no le preocupa y es aquel que ha comprado una vivienda nueva para reformar, pero por sus circunstancias, por vivir en otra casa y no tener que mudarse, o porque reside en el
extranjero, «no tiene inconveniente en cuándo empezar ni tampoco en ceñirse a unos plazos de entrega estrictos», cuenta la interiorista.
Y más allá de la cuestión que se plantea con relación al calendario que marca el inicio de las obras, el cliente suele tener otras de diferente índole. Hay una que le preocupa bastante y es que el espacio refleje su personalidad y gustos, «por eso trabajamos mucho para entender el estilo personal del cliente», comentan. Porque, además de la parte estética, «los clientes buscan tener un espacio práctico y funcional, que se adapte lo mejor posible a sus costumbres y necesidades actuales y de futuro».
Otro aspecto no menos importante que le preocupa al cliente, y además de los plazos en tiempos para cada fase del proyecto, es que el presupuesto de la obra sea cerrado.