Receta tradicional australiana: Galletas Anzac de espinacas

Receta tradicional australiana: Galletas Anzac de espinacas

De forma ovalada, color verde oscuro, muy brillante, con un sabor suave, pero ligeramente ácido, ¿te suena? Sí, es la espinaca. Este brote, muy versátil a la hora de cocinar, aguanta en el campo todas las estaciones gracias a su resistencia y, no solo se adapta a todos los climas, sino que está presente en los libros de cocina de cientos de países del mundo.

Las espinacas, gracias a que son fuente de hierro, vitamina C, vitaminas del grupo B, luteína y gaba, aportan beneficios que contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmunitario, a mantener un buen metabolismo energético y favorecen el rejuvenecimiento celular.

Cada bocado de espinaca es un pasaje a una alimentación sabrosa y saludable, que, desde el punto de vista emocional, además, ayuda a sentirse feliz gracias a las vitaminas del grupo B, que ayudan en la regulación de la serotonina y dopamina, hormonas de la felicidad, y a reducir el estrés o mejorar el sueño gracias al gaba.

Viajar es símbolo de placer, disfrute y felicidad. Y conocer un nuevo lugar, pasa por descubrir su gastronomía local con sus sabores y estilos de cocina. Gracias a Miren Aierbe, graduada en innovación gastronómica por la Basque Culinary Center y asesora culinaria de Florette, nos acercamos a las diferentes regiones del globo con la espinaca como pasaporte.

Rumbo a las antípodas para probar las galletas Anzac, unas galletas tradicionales australianas y neozelandesas muy nutritivas. Las esposas de los ANZACs (cuerpo del ejército de estas tierras) se las enviaban a sus maridos mientras éstos estaban luchando en la I Guerra Mundial.

Galletas Anzac de espinacas

Ingredientes:

  • ½ bolsa de Hoja de Espinaca Florette
  • 125 g de harina de trigo
  • 90 g de copos de avena
  • 80 g de coco rallado
  • 150 g de azúcar
  • 120 g de mantequilla
  • 2 cucharadas de sirope de agave
  • 1 cucharilla de bicarbonato de sodio

Elaboración:

  • Precalienta el horno a 180°C.
  • En un bol grande, mezcla los ingredientes secos (harina de trigo, copos de avena, coco rallado y el azúcar).
  • Para hacer la pasta de espinacas, saltear en una sartén las espinacas y triturar con una batidora.
  • Junta la mantequilla y el sirope de agave en una olla, deja que se derrita a fuego lento durante unos minutos y sacar del fuego.
  • Mezcla 4 cucharadas de agua hirviendo con bicarbonato de sodio y añade a la mezcla de mantequilla y sirope de agave. Mezclar hasta conseguir una mezcla homogénea.
  • Por último, mezcla los ingredientes secos y la pasta de espinacas con la anterior mezcla hasta conseguir una masa moldeable (si ves que está muy seco, puedes añadir dos cucharadas más de agua).
  • En una bandeja para hornear forrada con papel de horno, coloca las bolas de masa previamente moldeadas (del tamaño de una pelota de ping-pong) y aplánalas con la palma de la mano.
  • Deja suficiente espacio entre las galletas para que no se peguen durante la cocción.
  • Hornear durante 12 a 15 minutos y deja que se enfríen. Emplátalas en la vajilla que más te guste y ¡a disfrutar!
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