Tips para adoptar hábitos y un estilo de vida saludable

Tips para adoptar hábitos y un estilo de vida saludable

Este es el momento adecuado de realizar un balance de lo que se ha conseguido años detrás y pensar en nuevos propósitos saludables para este año. Los nuevos objetivos no siempre se toman en serio, a veces se aplazan día tras día

En este artículo, la Revista Bienestar, ofrece algunos consejos para motivarse y cambiar algunos hábitos cotidianos de una forma sencilla, para conseguir una vida más saludable.

Nuevas metas y buenos propósitos

Acudir al gimnasio, dejar de fumar, comer sano, reducir el estrés, aprender una nueva actividad, etc. suelen ser los propósitos más comunes a principios de año.

Sin embargo, una vez que se ha definido claramente lo que se va a hacer, es el momento de poner en práctica estos cambios en la rutina diaria, pero la fuerza de voluntad no es suficiente.

Uno de los primeros propósitos que no puede faltar es adoptar una serie de hábitos que contribuyan a la salud y al bienestar. Estos hábitos saludables deben centrarse principalmente en la nutrición y el ejercicio. Hay que tener en cuenta que cualquier comienzo requiere mucha fuerza mental.

Por lo tanto, algunas recomendaciones para facilitar esta rutina serían, principalmente, establecer objetivos alcanzables, es decir, las metas propuestas deben ser realistas, factibles y claras.

También es aconsejable hacerlo gradualmente, poco a poco, pero de forma regular. Es importante saber lo que motiva ya que es un factor que ayuda a alcanzar el objetivo propuesto.

Es necesario tener claro lo que se busca, por ejemplo, es más fácil sustituir un hábito poco saludable por otro, que eliminarlo bruscamente.

La importancia de la nutrición

Aunque la genética, el estilo de vida y el metabolismo influyen en el peso corporal, una dieta saludable desempeña un papel importante para lograr un peso óptimo.

Todo ello se ve influido directamente con una buena alimentación, que es importante para aportar al organismo todos los nutrientes que necesita, además de ayudar a mejorar el estado de ánimo y aumentar la energía.

Algunas recomendaciones a seguir cuando se trata de una alimentación saludable:

  • Variedad dietética: Ingerir diariamente verduras, legumbres, cereales, frutas y alimentos de origen animal
  • Reducir el consumo de sal y azúcar
  • Beber mucha agua
  • Moderar el consumo de grasas y aceites poco saludables.
  • Evitar las sustancias nocivas, como el alcohol.

¿Es necesario contar las calorías que se consumen cada día?
Las calorías son necesarias para que el cuerpo tenga suficiente energía para las funciones esenciales, como: la actividad física, la respiración, la función del corazón, etc.

Aunque son necesarios, un exceso de ellos también puede tener efectos negativos. No todas las calorías aportan el mismo beneficio al organismo, ya que depende en gran medida del origen de los alimentos de los que proceden.

Es importante distinguir entre reducir las calorías y comer de forma saludable. Por lo tanto, para una dieta saludable, no hay que obsesionarse con el número de calorías que contiene cada alimento, sino saber cuáles son las más saludables y que están presentes en la dieta, evitando los alimentos procesados y que aportan calorías innecesarias.

¿Cuáles son las diferencias entre carbohidratos, grasas y proteínas?

Estos tres nutrientes son los que proporcionan energía:

 
  • Carbohidratos: Denominados como hidratos de carbono. Sus propiedades les permiten ser fuentes primarias y rápidas de energía para el organismo, además de desarrollar un importante papel en la digestión de los alimentos.
  • Grasas: Conocidas como lípidos, no sólo contribuyen a la producción de energía del organismo (se consideran las más lentas pero eficaces), sino que también están presentes en la síntesis de hormonas y otros elementos.

El hecho de que el cuerpo humano contenga más grasa de la necesaria puede provocar obstrucciones en los vasos sanguíneos o acumulaciones en determinadas partes del cuerpo.

Entre los diferentes tipos de grasas se encuentran las grasas saturadas que son las más peligrosas para el organismo si se acumulan en grandes cantidades, suelen encontrarse en alimentos como la carne roja o el aceite de palma. Por ello, se aconseja controlar el consumo o sustituirlas por otras grasas insaturadas.

  • Proteínas: Están formadas por aminoácidos y son el principal componente de la estructura de las células. Este nutriente interviene principalmente en el mantenimiento y la reparación de los tejidos.

En el caso de las proteínas, el organismo tarda mucho más en metabolizarlas. Por lo tanto, son una fuente de energía mucho más lenta y sostenible.

Sin embargo, un exceso de proteínas conduce a la acumulación y transformación en grasa.

Dejar el sedentarismo

La vida cotidiana es actualmente sedentaria, ya que gran parte de los trabajos se realizan sentados una gran parte del tiempo y, en el caso de los más jóvenes, también pasan un gran número de horas sentados en clase.

Sin embargo, ser físicamente activo y hacer deporte con regularidad es realmente esencial para las personas, y los beneficios que aporta al organismo son innumerables.

Por lo tanto, es necesario tratar de establecer rutinas que incluyan alguna actividad física.

¿Cómo volver al deporte suavemente?
Los adultos entre 18 y 60 años deberían dedicar 150 minutos a la semana a realizar ejercicio aeróbico moderado. Esto será suficiente para tener efectos positivos en el cuerpo relacionados con el funcionamiento del corazón, el sistema respiratorio, los músculos y los huesos.

Es fácil empezar, sólo hay que encontrar un deporte o ejercicio que se adapte a cada gusto o necesidad y empezar poco a poco.

Al no estar acostumbrado a hacer deporte, es normal que al principio se considere como algo tedioso u “obligatorio”, pero a medida que el cuerpo se vaya acostumbrando, agradecerá estos momentos que le dedica.

El ejercicio progresivo es esencial para que los músculos y articulaciones se acostumbren poco a poco y, sobre todo, para evitar cualquier tipo de lesión.

Decir adiós a la báscula.

Obsesionarse con la báscula es lo peor que se puede hacer. Cambiar los hábitos y esforzarse por llevar un estilo de vida más saludable no es algo visible de la noche a la mañana.

Por lo tanto, no es necesario pesarse todos los días, lo importante es ser consciente de desarrollar buenos hábitos y eso es lo que se necesita para verse y sentirse mejor.

Además, es importante recordar que el músculo pesa más que la grasa, así que, al empezar a realizar algún tipo de ejercicio con regularidad, aunque no se note un cambio repentino en la báscula, se verá un cambio gradual en el cuerpo.

Establecer objetivos a corto plazo y alcanzables

Tener aspiraciones es un factor clave de éxito, pero es aún más importante establecer aspiraciones reales. Cuando se fija un objetivo, es importante entender que se va a realizar un esfuerzo para conseguirlo, pero que el esfuerzo debe ser alcanzable.

Así que establecer objetivos reales, seguir una dieta saludable, hacer ejercicio y hacer que el cuerpo se adapte a los cambios, hará que se pueda avanzar en los objetivos que se han propuesto y establecer otros nuevos.

Dedicarse tiempo y desconectar.

Por último, el consejo más importante: dedicarse tiempo, desconectar y disfrutar, ya sea con la familia, amigos o solo.

En ocasiones los cambios de hábitos causan estrés que se añade a la rutina diaria. Pero es importante recordar que todos estos cambios que se han mencionado, aportan claramente un estilo de vida saludable tanto para el cuerpo como para la mente.

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