Nada más cruzar el umbral de la puerta de esta vivienda, saltan a la vista ciertas claves relacionadas con su interiorismo y con quien la habita. La primera es el toque masculino y cosmopolita que se desprende en todas las estancias; la segunda, el gusto por los mapas como elemento decorativo y la tercera, el cuidado a la hora de elegir los colores. Efectivamente, el propietario es un hombre de origen francés, apasionado coleccionista de estos planos urbanos de diferentes artistas y, además, con cierta sensibilidad sobre cuestiones cromáticas.
Cuando adquirió este piso de 250 metros cuadrados situado en la zona alta de Barcelona acababa de ser reformado, con lo cual, el objetivo se centró básicamente en el proyecto de interiorismo que encargó al estudio Luzio Design & Projects, que ya le había decorado otras propiedades. Por tanto, la complicidad y el conocimiento del estilo estaban garantizados por ambas partes.
Mezcla ecléctica y elegante
Hay ciertas estancias fruto de la reforma sobre las que no se hizo ninguna intervención, como la cocina y los dos baños. Asimismo, el pavimento de todo el piso, en madera de wengué, también se dejó tal cual, teniendo en cuenta que hace de hilo conductor respecto a los acabados de los muebles de dichos espacios. Este tono oscuro protagoniza la puesta en escena de esta vivienda de aires masculinos no exenta de otras pinceladas más vivas y puntuales procedentes de textiles, objetos decorativos, cuadros, detalles, etc.
En palabras del interiorista de Luzio Design & Projects que se encargó del proyecto, la idea principal debía centrarse en “dar calidez a la vivienda”. El primer paso “fue poner todas las cosas que aportaba el cliente y luego saberlo combinar con nuestras ideas, adaptándonos a su gusto, que, por suerte, ya conocemos”, declara Víctor Henry.
DISTRIBUCIÓN
El acceso a la vivienda da directamente al amplio pasillo que separa el área de los dormitorios de la más social, compuesta por el salón, el comedor y la cocina.
Para determinar la zona del recibidor -aunque está totalmente abierto al salón- se ha creado un pequeño rincón compuesto por una llamativa butaca roja de estilo vintage y una cajonera negra sobre la que se ha colocado una lámpara dorada, a juego con el espejo de pared.
El salón de planta rectangular cede prácticamente todo el protagonismo a la zona de estar, frente al televisor, salvo una mesa redonda de uso versátil situada en un extremo, junto a la pequeña librería. Aunque, sin lugar a dudas, lo más llamativo del salón es la pintura mural de una de las paredes, cuyos dibujos de animales tienen su continuidad estética en las puertas de los armarios del mueble librería, un detalle original que hace más acogedor el salón, a la vez que introduce ese toque de color rojo coral que salpica la decoración del espacio.
Tanto la librería integrada, como la mesa de mármol, inciden en la importancia de las tonalidades oscuras de la vivienda, y lo mismo sucede con el sillón gris antracita que complementa el sofá con chaise longue un poco más claro, aunque de la misma colección modular, tapizados en una piel envejecida de curtición natural, modelo exclusivo de LUZIO, muy elegante. Por su parte, la mesa de centro es un juego de dos bandejas de madera reciclada sobre una estructura tubular que aporta un toque industrial y que combina sabiamente con las texturas de seda y terciopelo de los cojines del sofá, alternando lisos y estampados ikat turcos.
Extrapolado de uno de los tonos del mural, se seleccionó un verde agua para la pared frontal, incluyendo la balda de obra que sostiene el televisor y algunos elementos decorativos y sobre la cual se muestra una parte de la colección de mapas del propietario. Del mismo tono, Luzio Design & Projects eligió también la alfombra antigua que delimita la zona de estar y cuyo acabado lavado a la piedra aporta carácter y confort a este espacio de relax de la casa.
El paso hacia el comedor está completamente abierto, presumiendo de una continuidad visual perfecta. Además, al igual que la zona de estar, la del comedor también se ha delimitado con una alfombra, creando un espacio muy recogido en torno a la mesa para ocho comensales. Otro elemento que el comedor comparte con el salón es el tono verde agua de las paredes, protagonizadas por más obras de arte pertenecientes a la colección del propietario.
Completamente abierta y mirando hacia la ventana se ha distribuido la cocina en forma de U, con todos los electrodomésticos integrados y una gran capacidad de almacenamiento, destacando la isla central con un servicio de barra y taburetes para comidas más informales. En esta estancia predomina el tono wengué del mobiliario y la encimera, a juego con el pavimento.
En esta parte más social de la vivienda no hay que olvidarse de la terraza, ideal para los meses de agradables temperaturas. El panel medianero se ha decorado con un frondoso jardín vertical y en cuanto al mobiliario, se ha optado por sillas de jardín de hierro plegables y una mesa de estilo bistró con el sobre de mármol blanco.
De vuelta al pasillo y recorriéndolo en sentido interior, se accede a la zona más privada de la vivienda.
En la suite las paredes se pintaron de un sobrio color verde oliva que invita al recogimiento, a petición del propietario. Respecto al mobiliario, aportado por él, se ha podido distribuir fácilmente gracias a las amplias dimensiones de la estancia, incluyendo una zona de trabajo junto al acceso al baño. En cuanto al pequeño vestidor, está integrado en un saliente junto a la ventana.
Sobre los baños, tanto el de la suite, como el otro que tiene el piso, han sido reformados bajo los mismos parámetros en cuanto a materiales, donde el acabado de los armarios recuerda mucho el de la cocina. Los lavabos integrados en encimeras claras, así como la ducha doble de mármol, realzan el contraste cromático de estas estancias, en línea con el resto de la vivienda protagonizada por una “estudiada mezcla, elegante y ecléctica”, comenta el interiorista de Luzio Design & Projects.