El otoño siempre trae consigo un cambio de colores en el entorno, lo que hace que muchas personas se decidan a cambiar los colores y la decoración del hogar. El color blocking es una tendencia que se está arrasando en el mundo de la decoración, consiste en combinar bloques de colores para dar más vida a una estancia
Con la llegada del otoño toca darle la bienvenida a una nueva estación del año que generalmente se asocia a colores rojizos, marrones, cálidos y cobres en cuanto a la decoración se refiere. Es por ello, por lo que muchas personas se deciden a darle un aire nuevo a su mobiliario. Desde Menamobel ofrecen algunas ideas para aportar un estilo fresco y moderno al hogar apostando por dar énfasis al color.
El origen de esta tendencia decorativa proviene del mundo de la moda, concretamente del streetstyle. Consistía en la combinación de diversas prendas lisas de colores complementarios u opuestos con la finalidad de remarcar un color en concreto gracias al contraste de varias tonalidades. Esta técnica, aplicada al mundo de la decoración, se basa en entender los colores y mezclarlos para así innovar y modernizar el mobiliario y demás objetos del hogar dotándoles de un nuevo estilo y, sobre todo, ajustado a los gustos de cada persona”.
Elegir un patrón de cajones y pintarlos de un color llamativo
En este sentido, desde Menamobel, proponen acabar con tonos únicos en blanco, gris o marrón llenando el hogar de color. La opción más interesante es escoger un patrón de cajones y pintarlos con un color llamativo como azul o amarillo y el resto pintarlos con colores complementarios para darle una nueva vida al mueble y que se vea mucho más único y especial.
Podemos utilizar bloques de color para decorar cabeceros, mesas, sillas… aunque esta técnica es mucho más adecuada para utilizar en muebles con cajones y cajoneras, ya sea utilizando diversos colores o tonos con efecto degradado.
El hecho de utilizar el blocking en muebles de melamina de líneas rectas y estilo vigente hará que se consiga un resultado muy decorativo que encarecerá enormemente el aspecto de la estancia en la que se encuentre. En el mercado ya existen muebles que utilizan la técnica del blocking para dotar a las habitaciones de más vida.
Los colores complementarios
En el color blocking no hay lugar para la monotonía y por ello la combinación de los colores complementarios es algo fundamental y uno de los puntos fuertes de esta técnica de decoración. Muchas personas se decantan por elegir tres colores de diversas intensidades, aunque, si no se quiere arriesgar, se pueden optar por colores en tonalidades pastel para complementar. “Puede que alguna vez hayas pensado en comprarte un sofá color vino tinto, una mesa mostaza o unas sillas azules, pero por el temor de no saber combinarlas no te hayas atrevido a dar el paso y optar por esos colores y al final te habrás decantado por un gris o un blanco. Gracias a la técnica decorativa de los bloques de color podrás dejar atrás estos miedos y apostar por una vez en tu vida por este tipo decoración”, afirma Ivana González Mena.
El tono amarillo mostaza es un color muy acertado para iniciarse en esta técnica. Y es que, además de estar muy relacionado con la estación del otoño, la venta del mobiliario y los objetos de decoración en este tono ha aumentado en los últimos años. Además, las posibilidades de este color en cuanto a decoración son infinitas. Puedes combinarlo con otros tonos color pastel como verde agua o azul cielo.
Amortiguar el peso visual
Aunque con el blocking cualquier color es válido, se debe buscar una armonía entre todos los colores que se selecciones, tanto en la tonalidad de los muebles, como las paredes o los accesorios que complementen tu hogar. Un consejo es dejar los colores más intensos para las superficies más pequeñas.
Por otro lado, elementos de decoración o mobiliario con tonalidades más neutras como el gris arena, el blanco e incluso el negro pueden ayudar a que combinen elementos de distinto color, ya que hacen el efecto de amortiguar el peso visual. “Puedes dar ese toque de color neutro en la estructura de la cama, el escritorio o la silla de estudio y añadir edredones de otros colores o elementos decorativos como libros que rompan la monotonía. La clave reside en que cuando entremos a esa estancia del hogar, nos guste lo que veamos y no nos provoque sensación de agobio”, afirman desde Menamobel.
En definitiva, aunque de primera mano puede asustar el hecho de meter muchos colores en el mobiliario del hogar, poco a poco se irá consiguiendo el resultado esperado. Todo es cuestión de arriesgar y salir de la zona de confort.