Se trata de un desequilibrio hormonal que afecta a entre un 8% y 20% de mujeres.
Experimentar cólicos, dolores intensos o sangrado menstrual pesado e inusual puede ser provocado por el Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP), una afección muy común entre las mujeres que puede causar infertilidad si no se controla. INTIMINA, explica cuáles son sus síntomas y tratamiento para mejorar la calidad de vida de las mujeres.
¿Qué es el SOP y cuáles son sus síntomas?
Se trata de un desequilibrio hormonal que se suele desarrollar con el inicio de la pubertad o durante la vida reproductiva de la mujer y que afecta a entre un 8% y 20% de ellas en todo el mundo.
Aunque se desconocen sus causas, este síndrome se relaciona con un exceso de insulina. Si los niveles de esta hormona se elevan más de la cuenta, se puede aumentar la producción de andrógeno y, en consecuencia, provocar dificultades en la ovulación, además de mayor acné o desarrollo excesivo de vello. También, el factor hereditario es otra de las causas que pueden estar detrás de esta alteración hormonal.
Los síntomas del Síndrome de Ovarios Poliquísticos pueden parecer contradictorios, ya que pueden causar tanto reglas intermitentes, como periodos prolongados, muy pesados o abundantes. Además, se pueden experimentar otras afecciones:
Exceso de vello facial o corporal. Si se tiene altos niveles de andrógenos, es posible que crezca pelo en zonas no deseadas. También es posible padecer adelgazamiento del cabello en una etapa más madura de la mujer.
Aumento de peso, pudiendo provocar complicaciones en la salud, como enfermedades cardiacas.
Acné hormonal. Dos semanas antes de que baje la regla, los estrógenos y progesterona disminuyen drásticamente si el óvulo no ha sido fecundado, mientras que se produce un ligero aumento de la testosterona. En concreto, esta hormona es un tipo de andrógeno que, entre otras cosas, desencadena la producción de aceite en la piel y en los folículos capilares. Si los niveles de andrógeno son elevados, es más probable experimentar acné.
Fatiga. La falta de energía es otro síntoma común que experimentan algunas mujeres con este síndrome. También dolores de cabeza, ansiedad o, incluso, depresión.
Quistes en los ovarios, que pueden interrumpir la ovulación y causar infertilidad, así como dolor en la parte inferior del abdomen.
Diagnóstico y tratamiento del SOP.
Un examen pélvico y una ecografía para observar el grosor del revestimiento uterino y buscar quistes, es uno de los diagnósticos. Por otro lado, los análisis de sangre para medir los niveles hormonales pueden ayudar a detectar este síndrome.
Respecto a los tratamientos, estos se limitan a los síntomas individuales, que pueden variar desde píldoras anticonceptivas para regular el ciclo y detener el crecimiento del vello no deseado, terapia con progesterona para regular los periodos, hasta otros medicamentos para estimular los ovarios si se está tratando de concebir.
Sin embargo, hacer algunos cambios en el estilo de vida, como una dieta baja en calorías o una mayor actividad física, permite perder peso y aumentar la eficacia de la medicación que se esté tomando.
La importancia de una mayor conciencia corporal.
Tener conciencia corporal es saber cómo funciona el cuerpo, ayuda a conservarlo, tanto a nivel anatómico como funcional. En el caso de la mujer tiene que ver con la salud íntima, por ejemplo, qué tipo de regla tenemos, cómo está la vagina o la vulva, posibles dolores, etc. “Saber sobre nuestra anatomía interna, ayudará a tener un control sobre ella y, si hay algún problema, intentar buscar una solución”, afirman los expertos de INTIMINA.
Una buena forma de comenzar a tener conciencia corporal es empezar a utilizar la copa menstrual. Se trata un producto revolucionario con el que se puede saber cuánta cantidad de fluido menstrual expulsamos durante la regla, a la vez que ayudamos a mantener el equilibrio íntimo natural. Es el caso de la Lily Cup, Lily Cup Compact y Lily Cup One, copas menstruales que pueden llevarse hasta 12 horas seguidas y que no producen la sequedad asociada a los productos tradicionales. Además, son completamente higiénicas gracias a la silicona de grado médico biocompatible con las que están fabricadas, un material no poroso que previene el crecimiento bacteriano.
“Algo muy bueno que tiene el uso de las copas menstruales es que trabajamos el conocimiento de nuestro ciclo menstrual: el uso diario de la copa menstrual durante los días de regla nos obliga a manipular continuamente los genitales y a observar cómo funciona nuestro sangrado. Esto se reduce a un profundo autoconocimiento de nuestro cuerpo que nos aproxima a todas las mujeres a un empoderamiento femenino individual y colectivo a través de nuestra sexualidad”, concluyen desde INTIMINA.
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