Se suele usar como planta ornamental y para arreglos florales, de hecho, se suele comercializar como flor cortada.
Hoy te enseñaremos todo sobre el gladiolo, desde sus características más importantes y los tipos que hay, hasta los cuidados más básicos.
El gladiolo es un género de especies originario de las regiones mediterráneas europeas, de Asia, África tropical y Sudáfrica. Las especies que lo conforman son plantas de follaje perennifolio y tienen órganos subterráneos de almacenaje (cormos).
En la actualidad, los gladiolos que se cultivan como plantas ornamentales es el resultado de la hibridación de varias especies del género Gladiolus y la posterior selección artificial de las más interesantes.
El gladiolo es una planta herbácea capaz de crecer hasta una altura de 180 siempre y cuando se cumplan unas condiciones de cultivo óptimas. Por lo general, esta vegetación se desarrolla entre los 60-180cm.
Sus hojas son perennes. El follaje se mantiene verde durante todo el año, es decir, cuando llega la época de seca y muchas plantas empiezan a perder sus hojas, el gladiolo se mantiene intacto. Estas hojas tienen forma de lanza, son alargadas y están recubiertas por una especie de “cera”. Pero si hay algo que destaca en esta vegetación es su floración. Las flores de los gladiolos se desarrollan en diferentes espinas terminales (muy largas) capaces de albergar hasta 20 flores diferentes.
Los colores varían en función de la especie que sea. Por ejemplo, el Gladiolus communis tiene flores de color rosa brillante o moradas, las del Gladiolus calianthus son blancas y las del Gladiolus gregarius son violetas.
Y, ¿cuándo florece el gladiolo?
Desde verano y hasta otoño, podrás ver florecer tu planta. Además, debes saber que, si vives en zonas de clima templado, es probable que tu gladiolo pueda producir flores durante todo el año.
LOS TIPOS DE GLADIOLOS
En la actualidad, existen miles y miles de cultivares de gladiolo por todo el mundo. Sin embargo, para su sencilla comercialización, se suelen clasificar en los siguientes grupos:
Los híbridos de flor grande son los más conocidos y populares. Sus flores de gran tamaño (hasta 14 cm) la convierte en la planta perfecta para decorar y hacer arreglos florales. Se suele comercializar como flores cortadas.
Los híbridos denominados “mariposa” presentan flores pequeñas dispuestas en el tallo y con colores muy vivos.
Los primulinus tienen flores pequeñas, dispuestas irregularmente sobre el tallo y de hasta 20 unidades en cada una de las varas.
Los gladiolos silvestres son el resultado de la “clonación” de especies silvestres, como por ejemplo el Gladiolus callianthus.
gladiolo-violeta
Otra clasificación habitual es la de “colores”. Existen hasta 10 tonalidades diferentes de gladiolos, siendo los más habituales:
Gladiolos morados: con flores de color violeta. En este grupo destacan el Gladiolus communis o el Gladiolus imbricatus.
Gladiolo rojo: es la planta más demandada y una de las más populares debido a este color tan brillante. Las variedades más comunes son “Carmen”, “Eurovisión” o la “Red Beauty”.
Amarillos: la variedad más importante es el Gladiolus angustus, un gladiolo nativo de Suráfrica.
Gladiolos verdes: no son tan comunes como los anteriores, pero gozan de una gran belleza. Verdes son por ejemplo el Gladiolus gunnisii o el Gladioulus halophilus.
Azules: es el más difícil de encontrar en la naturaleza. Son muy populares como flor cortada y como ornamentación.
Gladiolo blanco: el más elegante de todos. En este grupo podrás encontrar el Gladioulus undulatus o el Gladiolus callianthus.
Como ves, una gran variedad de gladiolos que llenarán de vida y color cualquier jardín.
Cuidados del Gladiolo
Para que una planta se desarrolle adecuadamente y en todo su esplendor, se deben cumplir una serie de factores y requisitos. Mucha vegetación necesita un mantenimiento alto, otras plantas sólo unos pocos cuidados.
El crecimiento del gladiolo dependerá de la temperatura, el riego, o la tierra, entre otros aspectos.
MEJOR A PLENO SOL
El gladiolo es una planta que necesita gran cantidad de luz solar para desarrollarse, de hecho, se considera vegetación heliófila. Las flores comienzan a desarrollarse en la oscuridad, cuando la temperatura es la adecuada.
Respecto a la luz, si es insuficiente, el gladiolo no crecerá. Por el contrario, si es demasiado intensa, su tallo acabará por ser muy pequeño.
SUSTRATO, PREFERIBLE LOS ARENOSOS
No es exigente en cuanto al tipo de sustrato en el que se plante, pero sí es cierto que prefiere los arenosos con alguna aportación orgánica como por ejemplo el compost.
Además, tolera los suelos arcillosos, sin olvidarnos nunca de que tengan un buen drenaje. El gladiolo no soporta los encaramientos de agua.
El mejor pH es el que se encuentre entre 6 y 7.
RIEGOS ABUNDANTES
El gladiolo es una de esas plantas que necesitan riegos abundantes para mantener el sustrato húmedo, sobre todo cuando comienza a florecer.
Aunque la cantidad de agua suministrada debe ser regular y abundante, no podemos olvidarnos de que un exceso puede ser muy perjudicial. Como hemos mencionado anteriormente, esta especie no tolera los encharcamientos.
Los tipos de riego que por lo general se suelen emplear con el gladiolo son el de aspersión, manta o por goteo.
TEMPERATURAS ÓPTIMAS
Unas temperaturas elevadas son muy perjudiciales para la planta, tanto las ambientales como las del suelo. Cuando está expuesto a un intenso calor, el gladiolo puede perder sus flores y sus cornos pueden verse afectados negativamente.
Dicho esto, las temperaturas óptimas del suelo deben rondar los 10-12° y las ambientales sobre los 15° por la noche y 20°-25°C por el día.
La humedad también juega un papel importante.
Una humedad relativa menor al 50% no es adecuada, pues empeora el crecimiento de la planta. Por el contrario, una mayor al 70% provocaría un desarrollo excesivo del tallo y la posible aparición de podredumbre.
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