Las ventajas de llevar siempre tu smartphone por si te pierdes o sufres un accidente.

Las ventajas de llevar siempre tu smartphone por si te pierdes o sufres un accidente.

Salir al monte es una de las aficiones preferidas de muchos españoles que buscan en su entorno una evasión física y mental de su día a día, y más concretamente, de su vida en la ajetreada ciudad. Por suerte, gracias a los smartphones ya hace tiempo que dejó de ser una aventura arriesgada, pues podemos adentrarnos de excursión por los bosques sin temor a perdernos y que nadie sepa dónde encontrarnos. A continuación, SPC, ofrece cinco consejos para gozar de la vida natural gracias a los smartphone.

Siempre localizable con tu smartphone

Si sales solo a la montaña, a pie o en bicicleta, puede ser complicado localizarte si, por mala fortuna, sufres un accidente. Por suerte, existen aplicaciones que permiten estar conectado de forma permanente para que se envíe nuestra localización o incluso avisan a los servicios de emergencia automáticamente, con tus coordenadas GPS, si un accidente te deja inconsciente.

Pero, si por el motivo que sea, no crees necesaria tanta precaución, siempre puedes tirar de WhatsApp, una aplicación universal, y enviar a una persona de tu confianza tu ubicación permanente y en tiempo real hasta durante ocho horas.

Descubre nuevas rutas con el GPS de tu teléfono

Bien equipado, con las aplicaciones idóneas, el smartphone te mostrará un nuevo mundo que descubrir, incluso cuando tu salida a la montaña sea por localizaciones que ya conoces. Y es que existen aplicaciones que, a partir de tu localización, te ofrece rutas que otros usuarios ya han recorrido, con su nivel de dificultad y consejos para recorrerlas, en función de la orografía o de las condiciones del terreno. De esta manera, tus salidas siempre serán variadas, a pesar de que te muevas por el mismo entorno.

¿Una emergencia? Llama al 112

Antes de salir a la montaña, conviene planificar bien la ruta, con aplicaciones como las que comentábamos arriba, combinándolas con otra exploración un pelín diferente: la de la cobertura telefónica. La mayoría de las operadoras telefónicas ofrecen en su web un plano con las zonas de cobertura 2G para que, al menos, puedas llamar en caso de problemas o asegurarte de dónde está la zona más cercana con cobertura.

Por fortuna, siempre podrás telefonear al 112 en caso de emergencia y, si tu compañía no tiene cobertura en esa área, dicha llamada se llevará a cabo gracias a la que ofrezca otro operador. Pero ten claro que este número solo es para emergencias reales.

Siempre con la batería al máximo

Es fundamental salir con el teléfono bien cargado si vamos a pasar el día fuera. Si a duras penas llegas al final de la jornada en tu día a día, seguro que te costará que aguante toda una jornada a la intemperie. Lo más aconsejable en una salida rural es poner la pantalla con el máximo brillo para ofrecer una buena visibilidad en el exterior. Además, el dispositivo estará continuamente en búsqueda de cobertura y conexión 3G o 4G. Asimismo, el GPS, necesario para movernos o seguir rutas desconocidas, también consume una buena cantidad de recursos.

En realidad, lo ideal, si no tienes claro si aguantará tanto trajín, es que lleves contigo una batería externa a la que conectarlo cuando empiece a flojear su autonomía. Puedes también desactivar funciones que no necesites, como el Bluetooth. Ponlo en modo avión o apágalo directamente si vas en grupo, con otras personas conectadas, y no lo vas a necesitar. Nunca sabes cuándo te puede hacer falta.

Conserva bien tu smartphone

Ya sabes que el frío y el calor, en grados extremos, no son buenos amigos de los smartphones, pues la batería y la pantalla pueden sufrirlos mucho. Tampoco la lluvia o la incidencia directa de la luz del sol sobre su pantalla son precisamente buenos aliados. Procura conservar siempre tu teléfono móvil en un rango de temperatura entre los 10 y los 30ºC, y evítale situaciones extremas a la intemperie, como una gran humedad, enemiga acérrima de los componentes internos de tu teléfono.

Para ello, cuentas con varios recursos: una funda para preservarlo, un bolso para resguardarlo, utilizarlo solo en manos libres y que no salga de la mochila… En suma, consérvalo para que te sirva cuando realmente lo vayas a necesitar y no lo utilices si no es por necesidad, porque la montaña no suele ser el mejor entorno para su conservación.

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