Machismo perruno: 5 conductas socialmente aceptadas en perros, pero desagradables

Machismo perruno: 5 conductas socialmente aceptadas en perros, pero desagradables

Son muchos los propietarios que aguantan y racionalizan conductas negativas en sus mejores amigos, solo porque se han resignado a aceptar que “son cosas de perros”. No saben que la monta continua, las escapadas o el marcaje con orina, no son intrínsecas a los perros macho, sino que muchas veces aparecen por problemas de conducta, alteraciones hormonales o incluso traumas psicológicos.

Reconocer el problema, descubrir que no eres el único que lo sufre y encontrar la manera de solucionarlo de la mano de un profesional veterinario, es lo que persigue Virbac con la presentación de este listado de conductas desagradables en perros. La compañía, dedicada en exclusiva a la salud animal, advierte que aunque con frecuencia son conductas cuya causa es hormonal y la castración suele ser la medida recurrente para muchos propietarios, no siempre es la solución definitiva. A veces, puede agravar el problema o simplemente no eliminarlo, por lo que optar por soluciones reversibles que permiten testear los resultados antes de la cirugía, podría ser una buena opción a tener en cuenta.

5 “cosas de perros” a las que no puedes resignarte

Conducta de monta continua

Aparece cuando la sexualidad o necesidad de posesión del perro se expresa montando repetidamente a otros individuos u objetos. Esta actitud puede resultar incómoda para el propietario, y muy desagradable, si el objeto de deseo del peludo es un invitado. En esta ocasión, la causa de esta conducta suele ser hormonal y está relacionada con los niveles de testosterona en su organismo. Otras veces se trata de un comportamiento aprendido y la testosterona no tiene nada que ver.

Marcaje con orina

Los perros son animales territoriales y el objetivo del marcaje con orina es informar a los otros de que ese territorio ya tiene propietario. Este comportamiento puede convertirse en un problema cuando es demasiado frecuente en lugares inapropiados (como en casa). Aunque es una conducta que suele relacionarse con un comportamiento de dominancia, es importante descartar que no haya alguna disfunción urinaria subyacente.

Competitividad

La competitividad excesiva de tu perro puede reflejarse en ladridos constantes y nerviosos hacia otros. Consultar con el veterinario este tipo de situaciones, podrá ayudar a identificar si existe una causa hormonal de base o se debe a un problema de conducta.

Agresividad

Cuando la competitividad no se corrige, pueden aparecer rasgos de agresividad en el animal. Puedes detectarlo a través de la pose que adopte durante el paseo -como sacando pecho-, si muerde o gruñe con frecuencia. Estos comportamientos, más allá de resultar incómodos para el propietario, pueden suponer un problema cívico más grave, de modo que es importante atajarlos cuanto antes. Entre sus causas están: traumas, inseguridad, miedo, desequilibrio hormonal…
Advertencia: Si crees que la causa de su agresividad puede ser hormonal, consulta con tu veterinario tus opciones. Hay estudios que muestran que la castración puede llegar a incrementar este tipo de conductas en determinados animales. Valora con el profesional veterinario todas las opciones disponibles actualmente, desde consultar a un especialista en comportamiento hasta la esterilización médica reversible, pues esta última te permitirá conocer los resultados de una posible castración quirúrgica y revertirla en el caso de que no sean los esperados.

Escapadas o fugas

Muchas son las causas que pueden haber detrás de las fugas o escapadas de tu perro. Desde un trauma psicológico, ansiedad o también por una cuestión hormonal… lo importante es detectar cuál de todas ellas es la que afecta a tu mejor amigo para intentar reducir este comportamiento al mínimo. De esta forma, reducirás tus preocupaciones, y evitarás consecuencias graves como accidentes, peleas con otros perros, camadas indeseadas, pérdida o robo del animal, enfermedades…
Las hormonas, con frecuencia la causa, pero no siempre
Aunque en la gran mayoría de los casos, la testosterona suele identificarse como la causa de todos estos malos comportamientos, no siempre es así. Por ello, optar indiscriminadamente por la castración como medida correctiva no siempre es la solución; como tampoco lo es resignarse a soportarlos por miedo al impacto de la amputación de los testículos.

Lo mejor es consultar con un veterinario que nos plantee todas las posibilidades, y actualmente, la esterilización médica reversible puede ser una opción muy interesante para testear los resultados de una castración quirúrgica. Se trata de un pequeño implante que contiene 4,7mg de acetato de deslorelina, de tamaño parecido a un microchip, que se coloca bajo la piel, en el tejido subcutáneo. La actividad del implante se prolonga durante un mínimo de 6 meses.
De esta forma, podremos comprobar los efectos de la castración sobre nuestro mejor amigo y su comportamiento, teniendo la posibilidad de retirarlo o no colocarlo de nuevo en el caso de que los resultados no sean los esperados. Asimismo, el perro seguirá visualmente “entero”, aunque con todas las funciones reproductivas simplemente aletargadas de forma temporal.

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