Un estudio de mercado de la empresa DS Smith ha analizado más de un millar de artículos comestibles disponibles en los supermercados europeos para analizar tanto el material de sus embalajes, como si estos podrían ser de materiales más ecológicos. El resultado, la verdad es que es triste.
Según este estudio, más de la mitad de los productos alimenticios y bebidas que podemos comprar en los supermercados están envueltos en plástico innecesario, material que se desecha tras la compra y que en su mayoría va a parar a vertederos, ya que la mayoría no se reciclará.
El estudio, realizado en colaboración con Retail Economics, evaluó 1.500 productos de alimentación de cinco importantes cadenas de distribución europeas de alimentos en Francia, Alemania, España, Italia, Polonia y el Reino Unido. El estudio reveló que el Reino Unido es el país que más depende de los envases de plástico, con un 70 % de todos los productos de alimentación y bebidas que contienen plástico, en comparación con el 67 % en España, el 66 % en Italia y Alemania, el 62 % en Polonia y el 59 % en Francia.
El análisis se basó en dos aspectos fundamentales, aquellos artículos comúnmente comprados en una cesta de compra típica que contienen envases de plástico y la cantidad de envases de plástico que tenía cada tienda.
Los alimentos procesados son la principal fuente de desechos plásticos: el 90 por ciento de las comidas preparadas y los platos preparados, el 89 por ciento del pan, el arroz y los cereales, el 83 por ciento de los productos lácteos y el 80 por ciento de la carne y el pescado están envasados en plástico.
Se estima que el 84 por ciento del plástico innecesario utilizado en el Reino Unido podría reemplazarse o reducirse significativamente con alternativas, como bolsas de papel u otros envases reciclables.
Según los responsables del estudio, a pesar de los compromisos adoptados por las empresas y gobiernos para reducir los envases de plástico, estos no se están cumpliendo.
El estudio identifica varias barreras que frenan el progreso, incluidas las preocupaciones sobre los costos, las posibles reacciones negativas de los consumidores y los temores de perder competitividad.
Casi tres cuartas partes de los fabricantes creían que los compradores no estarían dispuestos a pagar más por un embalaje sostenible, mientras que el 65 por ciento temía que los consumidores se resistieran a sacrificar la comodidad por la sostenibilidad.
En nuestro país hay poca conciencia ecológica y de reciclaje, a pesar de que están apareciendo empresas que ofrecen soluciones cómo la Tienda de bolsas de papel u otras que ofrecen soluciones de transporte en cajas en lugar de palets y de esa forma usar menos plásticos en los embajajes. Empresas cómo la neerlandesa Action entre otras ya usan este tipo de soluciones de transporte con excelentes resultados.
El plástico seguro que seguirá entre nosotros por muchos años, pero sería bueno para nuestra salud y la del planeta que los usáramos solo para menesteres dónde el empleo de otros materiales fuera complicado o demasiado costoso.