
Astenia Primaveral, fenómeno relacionado con el cambio de estación acompañado por diversos efectos, el más común es la falta de fuerzas y constante cansancio.
¿Qué es Astenia Primaveral?
El cuerpo humano es sensible a los cambios de estación, acompañados de estrés, ansiedad y estilo de vida que afectan al reloj biológico, causando diversas alergias y carencias.
Una breve explicación podría encontrarse en que los días se vuelven más largos y las hormonas se desequilibran, comenzando a producir más endorfina, testosterona y estrógeno. Se gasta mucha energía interna para realizar un reparto equilibrado.
Por otro lado, el cambio del clima y de temperatura hace que cambie constantemente la presión arterial, esto podría explicar el continuo agotamiento tanto mental como físico.
¿Qué síntomas justifican la Astenia primaveral?
El principal y el más general manifiesto de Astenia primaveral es el “Agotamiento” del organismo que se exterioriza a través de los siguientes síntomas:
- Inexplicable cansancio, una debilidad muscular generalizada y en definitiva falta de energía.
- Problemas de concentración, dificultad en realizar tareas habituales o rutinarias.
- Falta de apetito, nauseas y picor en la garganta.
- Trastornos del sueño, dificultad para dormir o para tener un descanso reparador, lo que a su vez provoca somnolencia diurna y un aumento de la fatiga.
- Constante cambio de humor e irritabilidad
- Dolores de cabeza más frecuentes o intensos de lo habitual.
- Apatía, tristeza injustificada, desmotivación y disminución del deseo sexual.
¿Cómo se pueden reducir los efectos de Astenia primaveral?
Spainfy ofrece información acerca de como reducir los efectos y apaliar los síntomas de Astenia primaveral.
- Introduce en la alimentación productos ricos en vitaminas y minerales
Para mejorar el sistema inmunitario es necesario ingerir más alimentos como; verdura, frutas, legumbres y cereales integrales. De este modo el organismo recibe vitaminas A, E, C y del grupo B, antioxidantes, minerales que necesita para combatir la fatiga y decaimiento. El problema radica en que es muy complicado combinar y seleccionar alimentos que contengan suficientes vitaminas, por ello en determinadas épocas del año se deben tomar complementos alimenticios. - Combinar la dieta con alimentos que proporcionan energía
Incluye en la dieta alimentos que aportan un plus de energía, como el plátano o los frutos secos. Se puede ingerir como tentempié a media mañana o media tarde, o también añadirlos a las ensaladas. - Importancia de las cinco comidas al día
Es preferible consumir menos cantidad, pero más a menudo: procurar hacer cada día tres comidas principales y dos tentempiés.
Las comidas copiosas disparan los niveles de glucosa y aumentan la somnolencia. Se debe evitar los dulces y bollería, aunque aportan energía de forma inmediata, luego provocan un más cansancio y hambre.
- Buena hidratación
Hidratar bien el cuerpo bebiendo agua, caldos, infusiones… La deshidratación, entre otras cosas, causa fatiga mental y dificulta la concentración. - Reducir consumo de cafeína
Evitar el abuso del café o bebidas excitantes para combatir el cansancio o la somnolencia, ya que pueden tener el efecto contrario: aumentar el nerviosismo y dificultar el descanso. - Acudir a ayudas naturales
Tomar jalea real, ginseng, polen, germen de trigo o levadura de cerveza, sustancias naturales de propiedades revitalizantes, pueden ser de gran ayuda. - Incluir dentro de la rutina diaria actividad física
Hacer ejercicio moderado cada día. Mantener activo el cuerpo es el mejor antídoto contra el cansancio y el decaimiento. Favorece que al organismo que libere endorfinas, neurotransmisores que generan bienestar, mejoran el estado de ánimo y reduce estrés. - Cierta dosis de Vitamina D: el sol
Los cambios estacionales permiten disfrutar más tiempo de la luz del sol, por ello se puede aprovechar la Vitamina D durante el día.
Dar un paseo de 30 minutos cada día, no solo ayuda a «cargar las pilas» y activar el cuerpo, sino que además contribuye a que el cuerpo se adapte antes a la transición de los días fríos y oscuros del invierno a la luminosidad de los días primaverales.
- Cuidar los horarios
Procurar seguir unos horarios regulares de comidas, rutinas… El buen tiempo a menudo invita a alterar los ritmos habituales y a llevar un estilo de vida más desordenado. - Cuida el descanso
Buena higiene del sueño consiste en acostarse antes y dormir alrededor de 7-8 horas, se recomiendan cenas ligeras al menos un par de horas antes de ir a la cama. Deja de utilizar los dispositivos electrónicos (smartphone, Tablet, ordenador) unas 3-4 horas antes de acostarse.
Asegúrate de que el dormitorio tenga una temperatura adecuada, lo ideal es que esté en torno a los 20º.