¿Cómo evitar ruidos en tu cocina y mejorar el confort y bienestar?

¿Cómo evitar ruidos en tu cocina y mejorar el confort y bienestar?

La cocina es el corazón del hogar, un espacio multifuncional donde nos reunimos con la familia y amigos, un lugar donde trabajamos y en el cual los niños hacen los deberes y juegan, entre otras actividades. Conseguir un confort acústico en este espacio no es tan fácil, pero nos ayudará a mejorar nuestro bienestar y calidad de vida.

¿Qué es el confort acústico?

El confort acústico es aquella situación en la que el nivel de ruido provocado por las actividades humanas resulta adecuado para el descanso, la comunicación y la salud de las personas.

La contaminación acústica es causada por dos tipos de ruido:Los ruidos que pasan por el aire y hacen que las paredes de las habitaciones vibren. Sonidos del interior del edificio (conversaciones, wifis, TVs, radios…) y del exterior (tráfico, transportes, obras…).

Los ruidos que atraviesan los techos, las paredes, las tuberías y los suelos propagan ondas de sonido vibratorias en las habitaciones contiguas. Pueden ser por impactos (pasos, arañazos, movimiento de muebles, cosas que caen…), el ruido de equipos compartidos (ascensor, calderas…) y de equipos e instalaciones individuales (electrodomésticos, aire acondicionado, calefacción, grifería de cocina y baños…).

La contaminación acústica no es inevitable: el ruido se puede combatir durante los trabajos de construcción, rehabilitación y reforma de los edificios, como también cambiando nuestros hábitos cotidianos siendo nosotros mismos menos ruidosos no solo con nuestra voz sino también con nuestros gestos por ejemplo al utilizar los utensilios y aparatos de cocina.

¿Cómo podemos crear un ambiente acústico de confort?

  • Elegir instalaciones y electrodomésticos más silenciosos. Utilizar sistemas de guías, bisagras y sistemas elevables con amortiguación para puertas y ventanas
  • Evitar el uso simultáneo de aparatos generadores de sonidos.
  • Bajar el ruido en nuestras conversaciones. Hablar en un nivel medio de voz.
  • Incorporar hábitos de menor ruido al hacer los quehaceres del hogar.
  • No perforar los sistemas de aislamiento acústico para el paso de instalaciones.
  • Acondicionar el espacio mediante puertas aislantes o paneles y materiales absorbentes para separar el ruido entre diferentes ambientes.
  • Evitar el ruido de los muebles poniéndoles protección “almohadillas” en sus patas.
  • Evitar cualquier unión rígida entre el suelo flotante y las paredes o pilares.
  • Sujetar o apoyar a soportes elásticos y antivibratorios los elementos que puedan generar vibraciones como equipos de climatización altavoces, etc.
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